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La Unión Europea aseguró que los impuestos a servicios digitales no será tema a negociar con Estados Unidos
La Unión Europea (UE) impulsó desde 2018 una política fiscal más estricta contra las grandes empresas
tecnológicas al aplicar impuestos y normas diseñadas para
garantizar una mayor contribución económica y un control regulatorio efectivo.
Sin embargo, esto generó una reciente amenaza arancelaria por parte del
presidente Donald Trump al considerar que son medidas discriminatorias contra los
gigantes tecnológicos de Estados Unidos.
¿En
qué consisten las medidas reguladoras a servicios digitales en la UE?
Entre las medidas destacan
el impuesto
a servicios digitales, que países como Francia implementan con
una tasa del 3% sobre ingresos brutos para empresas con facturación superior
a 750
millones de euros anuales. Este gravamen se aplica a
plataformas que ofrecen servicios de publicidad en línea, venta de datos y
actividades de intermediación digital.
Además
del impuesto, la UE ha establecido la Ley de Mercados Digitales (DMA)
y la Ley
de Servicios Digitales (DSA), normas que buscan regular a las
grandes plataformas tecnológicas, al garantizar la competencia y proteger
derechos de los usuarios en el entorno digital.
Esto significa que la DMA
prohíbe prácticas desleales por parte de las llamadas gatekeepers
o guardianes de acceso designados, que se refiere a las empresas con gran
influencia en el mercado, al evitar la imposición de condiciones injustas a
empresas que dependen de sus servicios o la auto-beneficiación al priorizar sus propios productos en motores de búsqueda o tiendas de aplicaciones, como
son las quejas contra Amazon al dar mayor enfoque a sus propios productos pese a que los vendedores
paguen por destacar o Apple al no posicionar ciertas aplicaciones.
Por
otro lado, la DSA establece obligaciones para prevenir
la difusión de contenido ilegal, mejorar la transparencia en la moderación de
contenidos y proteger datos personales. Plataformas con más de 45
millones de usuarios en la UE están sujetas a reglas más
estrictas, que incluyen auditorías periódicas, reportes de riesgos sistémicos y
la obligación de ofrecer sistemas claros de apelación para contenidos
eliminados.
Estas
disposiciones se alinean con el objetivo de la UE de lograr una soberanía
digital que reduzca su dependencia tecnológica y económica
frente a corporaciones extranjeras. Francia, uno de los países más firmes en
esta estrategia, defendió públicamente el derecho europeo de regular el espacio
digital bajo sus propios principios democráticos y económicos.
Trump amenaza con aranceles y restricciones comerciales
Esta medida europea
provocó una reacción inmediata del gobierno de Estados Unidos, pues el presidente
Donald Trump declaró que los nuevos impuestos digitales y las regulaciones de
la UE representan un ataque directo contra las empresas tecnológicas
estadounidenses, entre ellas Google, Apple, Meta y Amazon.
En respuesta, anunció que su administración prepara aranceles
adicionales para los productos europeos y evalúa restricciones
a la exportación de tecnología, incluidas limitaciones al
comercio de semiconductores o chips.
Trump
afirmó que estos impuestos “discriminan a la innovación estadounidense” y
advirtió que su gobierno podría aplicar tasas de hasta el 25% sobre
automóviles y bienes importados desde Europa si la UE no reconsidera su
política fiscal y regulatoria. Esta declaración elevó la tensión comercial
entre ambos bloques y generó inquietud en los mercados internacionales por la
posibilidad de una guerra arancelaria con
efectos económicos globales.
Por
su parte, el presidente francés Emmanuel Macron
respondió que Europa no cederá a presiones externas y que está dispuesta a
defender su derecho soberano a regular la economía digital. Macron subrayó que
la UE actuará con unidad frente a cualquier medida que afecte sus intereses
estratégicos o comerciales, destacando que la recaudación fiscal justa y la
protección de los datos de los ciudadanos europeos no son negociables.
La
Comisión Europea también insistió en que la DSA
y la DMA
no son herramientas para discriminar a empresas extranjeras, sino normas
generales que se aplican a todas las compañías que operan en el mercado único
europeo, sin importar su país de origen.
Implicaciones económicas y escenarios futuros
Las
próximas semanas serán clave para observar si Estados Unidos concreta sus
amenazas arancelarias y cómo responderá la UE ante una posible escalada
comercial.
Por ahora, la Unión Europea mantiene su compromiso con la implementación de
los impuestos digitales y la aplicación de la DSA y DMA, al confiar en que estas medidas fortalecen su soberanía
tecnológica y protegen la economía europea a largo plazo.