¿Impactara a la economía e inflación el desabasto de gasolina?
Para BofA la estrategia podría tener un costo económico según el tiempo que dure, aunado al aumento de algunos productos agrícolas
Corporativo
El retraso en el suministro de gasolinas no tendrá una “afectación mayor” en la economía o en la inflación; por el contrario, la estrategia contra el robo de combustible “es bienvenida”, ya que va en camino a fortalecer el Estado de derecho, sostuvo, el economista en jefe para México y Canadá de Bank of America Merrill Lynch, Carlos Capistrán.
"Es un paso en la dirección correcta fortalecer el Estado de derecho en México y eso es en lo que todos nos debemos de concentrar”, añadió el especialista.
Sin embargo, expuso que la estrategia tuvo como consecuencia retrasos en el suministro de combustible en varios estados de la República, lo cual podría tener un costo económico según el tiempo que dure, aunado a que se prevé un aumento en algunos productos agrícolas y la desaceleración del consumo en algunos estados afectados.
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Pero “no estamos estimando en este momento una afectación mayor, ni a la economía ni a la inflación por el desabasto de combustible y, de nuevo, creemos que el combate al robo y fortalecimiento del Estado de derecho es, sin duda, una estrategia que es muy bienvenida”, afirmó.
En cuanto a la inflación, el economista estimó que cerrará en el año en niveles de 4%, aunque será determinante conocer la cifra de la primera quincena de enero, cuando se reflejaría el impacto por el desabasto de gasolina.
Volatilidad para México
Al presentar las "Perspectivas para la economía mexicana en 2019", dijo que un elemento de volatilidad para México es una posible desaceleración en Estados Unidos, que de no darse apoyará a la economía del país.
Precisó que otro factor de riesgo es el cambio de gobierno en México, por los movimientos y ajustes que se presentan, aunque la incertidumbre que hay al respecto podría desaparecer en el año y apoyar el crecimiento.
Asimismo, Carlos Capistrán proyectó que la economía mexicana podría desacelerarse “un poco” este año, por lo que redujo su estimado de crecimiento para 2019, de 2% a 1%, aunque con posibilidades al alza.
El economista consideró que “esta no es una desaceleración que va a sentir mucho la gente”, pues se prevé que se mantenga el consumo interno, que se contrarrestará con una disminución en las exportaciones por la situación en Estados Unidos y la menor inversión.
Al destacar que la inversión privada no crece, consideró que para cambiar ese panorama debe haber menos incertidumbre en el mundo y en México, porque de lo contrario “difícilmente vamos a crecer más allá de 2%”.
Consideró que en este momento lo más difícil de atraer es la Inversión Extranjera Directa (IED), que está más anclada al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), y en menor medida a la nueva administración.
Los inversionistas “ven muy con buenos ojos que es un paquete que tiene austeridad y los parámetros que tienen de crecimiento están dentro del rango de los demás economistas o de lo que espera el Banco de México, no están fuera de lugar; en ese sentido, me parece que en esa parte fue un viaje que resultó bien”, afirmó.