Urgente reducir brecha de género

Las respuestas inmediatas de política pública deben incorporar la perspectiva de género, incentivar a las mujeres a trabajar y crear las condiciones para que ello sea posible.

.
 .  (Foto: iStock)

Las mujeres trabajadoras en América Latina y el Caribe fueron  afectadas de manera desproporcionada por la pandemia de Covid-19 en comparación con los hombres lo que evidencia la necesidad de que los países de la región adopten medidas para evitar que se ensanche la  brecha de género que persiste en el mercado laboral pese a varias décadas de avances. 

La participación de las mujeres en el mercado laboral pasó de 41% en 1990 a 53% en 2019, un aumento  significativo que, sin embargo, corre el riesgo de revertirse en el contexto actual, de acuerdo con un nuevo  informe del Banco Mundial.  

LEE: PARTICIPACIÓN LABORAL DE MUJERES RETROCEDIÓ 10 AÑOS

“Las mujeres suelen tener una situación laboral más frágil que los hombres, con trabajos en el sector  informal, en tareas que en mayor medida requieren una interacción directa y se prestan menos al trabajo  remoto, como el comercio, el cuidado de personas o el turismo”, dijo la gerente de la práctica de pobreza del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Ximena Del Carpio.

Ximena Del Carpio, Gerente de la  Práctica de Pobreza del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. “En momentos de crisis,  estas trabajadoras son mucho más vulnerables a las variaciones en el mercado laboral.”  

Según el informe Covid-19 y el Mercado Laboral de América Latina y el Caribe: los Impactos  Diferenciados por Género, 4 de los 5 sectores más afectados por la pandemia -el comercio, los servicios personales, la educación y la hotelería y gastronomía-, que antes de la pandemia empleaban a  mujeres en una proporción de 60%, explican el 56% de puestos de trabajo perdidos en medio de la crisis. 

Por lo anterior el organismo recomendó que, las respuestas inmediatas de política pública deben incorporar la perspectiva de género, incentivar a  las mujeres a trabajar y crear las condiciones para que ello sea posible. Deben asimismo incluir  programas para ayudar a las mujeres más afectadas por la crisis y a las que no gozan de los beneficios  de la protección social. Y deben, entre otras cosas, apoyar el autoempleo, promover los planes de  entrenamiento e inserción laboral, y brindar incentivos a la formalización de las trabajadoras.