Participación laboral de mujeres retrocedió 10 años

La Cepal insistió en que los gobiernos de América Latina y el Caribe implementen políticas fiscales contracíclicas para sostener la demanda, orientar recursos a la inversión y crear empleo

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 .  (Foto: iStock)

Según estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la fuerte contracción económica afectó negativamente la ocupación y aumentó la precarización de las condiciones laborales en la región, lo que en el caso de las mujeres representa un retroceso de más de diez años en su participación en el mercado laboral.

“La brecha laboral entre hombres y mujeres se va a abrir mucho más, si antes ya existía ahora está brecha va a ser laboral, va a ser salarial”, destacó la secretaria ejecutiva del organismo, Alicia Bárcenas. 

En México, se informó en julio de 2020 una caída del 33.2% en el empleo femenino en el trabajo doméstico. 

En cuanto al trabajo doméstico remunerado, la Cepal advirtió que uno de los sectores fuertemente golpeados por la crisis, ya que, además de estar altamente precarizado, es un tipo de trabajo que no puede ser realizado de forma remota.

“Muchas mujeres empleadas en este sector experimentan incertidumbre acerca de su remuneración, sobre todo en el caso de aquellas que no cuentan con un contrato formal. Quienes han continuado asistiendo a su lugar de trabajo han visto aumentadas sus responsabilidades al tener que atender, por ejemplo, actividades relacionadas con el cierre de escuelas en los hogares donde viven niños y niñas”.

También han tenido que incrementar los estándares de higiene para prevenir contagios e incluso hacerse cargo de la demanda de cuidados de la salud de los miembros del hogar en que trabajan. Esto último, además de exponerlas al contagio de la enfermedad, les impone la realización de actividades para las cuales no están necesariamente capacitadas, añadió el informe. 

Mujeres jóvenes las más afectadas 

Toda vez que la actividad de cuidado recae principalmente en las mujeres y con la contingencia escuelas y guarderías fueron cerradas, además de que se incrementó la presencia de las familias en el hogar, muchas trabajadoras tuvieron que abandonar sus empleos y su educación para hacerse cargo de las tareas domésticas sin remuneración alguna. 

“Ellas se dedican más al cuidado de sus familiares, por una parte, maternidad adolescente, matrimonio infantil o adolescente y muy temprano, es también uno de los casos en que esto ocurre y las mujeres que salen en la adolescencia (educación) después se encuentran trabajando de manera no remunerada en el cuidado. Es un círculo vicioso”, advirtió Bárcenas. 

Por lo anterior, la Cepal insistió en que los gobiernos de América Latina y el Caribe implementen políticas fiscales contracíclicas  para sostener la demanda, orientar recursos a la inversión y crear empleo a fin de mejorar las oportunidades para las mujeres.

“Tenemos que buscar que por la vía de la ley y las instituciones se puedan igualar los salarios ante trabajos iguales y preparación equivalente y luego nosotros somos de la opinión de que hay que apoyar a las mujeres que han salido del mercado del trabajo con un ingreso básico de emergencia”, recomendó. 

La funcionaria detalló que este ingreso tendría un costo aproximado en México de 0.5% del PIB si se entregara por tres meses, 1% por seis meses, “y creemos que esto realmente podría lograr un cambio de paradigma”. 

Con ello, aseguró, se le daría valor a la economía de cuidado y se dejaría de pensar que es solo responsabilidad de las mujeres si no que se reconocería que es un deber de toda la sociedad.