Protección de arrendamiento, en estos escenarios te brinda soluciones

Es importante blindarse ante las eventualidades que generan altos costos con un seguro de daños al inmueble

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 .  (Foto: iStock)

Los tres principales problemas en el arrendamiento inmobiliario son los constantes atrasos en las rentas, en el mantenimiento o la total falta de pago; el fraude de identidad del inquilino que firma la renta; y daños al inmueble por mal uso o negligencia, indicó Diego Llano, CFO de Morada Uno.

El directivo explicó los conflictos derivados en cada caso y la forma de evitar que los propietarios de casas y departamentos en renta sientan escalofríos ante tales desavenencias:

Atraso en el pago de la renta y el mantenimiento o impago

El atraso en el pago del alquiler genera mucho estrés al dueño, constantes e incómodas llamadas telefónicas de cobro y la preocupación de que la situación escale a un litigio y se complique mucho más. 

“En México la ley protege bastante al inquilino, desafortunadamente algunos abusan de sus derechos y se atrasan en sus pagos; como propietario no puedes iniciar un juicio de terminación de contrato y recuperación del inmueble hasta que el inquilino incumpla su segundo pago de renta. El arrendatario que lo sabe paga parcialmente para que nunca se cumpla ese plazo, no pueda ser demandado y el propietario siga sin recibir su dinero”, detalla Llano.  

El impago total afecta mucho más a los arrendadores en México pues, en promedio, poseen un inmueble en renta. Lo que les queda en ese caso es buscar asesoría para iniciar un proceso legal −el cual puede durar incluso hasta un año− para tratar de recuperar sus rentas y su inmueble.

¿Cuál sería una solución? Para el experto es necesario evitar incertidumbre, visitas a los juzgados y procesos complicados para todos; por ello, lo ideal es contar con una garantía de renta, es decir, una protección que cubra al arrendador ante cualquier imprevisto derivado del alquiler.

“Los costos de honorarios legales, de pago de derechos y cualquier otro para recuperar la propiedad están cubiertos. Empresas como Morada Uno se encargan de llevar a cabo todo el proceso de recuperación y además garantizan al dueño el pago de sus rentas de forma puntual todos los meses”, explica el CFO.

Fraude de indentidad

Cada vez sube más el número de casos de suplantación de identidad para llevar a cabo la contratación de productos financieros o de arrendamiento. Una persona fácilmente puede fingir ser otra (robando su identidad) para celebrar un arrendamiento y tomar posesión de un inmueble.

“A través de este robo de identidad lo que sucede es que, al momento de proceder a un litigio y de recuperar el inmueble, es muy complicado porque quien firmó el contrato no es una persona real, el proceso de demanda es mucho más complejo y el tiempo se alarga en consecuencia, así como el costo del mismo”, afirma Diego Llano.

En ese tenor, mencionó que la solución tiene que ser totalmente preventiva, o sea con investigaciones profundas que utilizan tecnología para detectar documentos alterados y falsificación de identidad a través de datos biométricos.

Daños al inmueble por mal uso o negligencia

Si bien es común que en el arrendamiento se presenten daños al inmueble más allá del uso y deterioro normal de las cosas, el contrato debe de señalar claramente a quién corresponden los gastos de mantenimiento y daños mayores.

No obstante, daños ocasionados por hacer modificaciones no autorizadas o incluso dejar una ventana abierta en temporada de lluvia y estropear un piso de madera pueden llegar a ocasionar daños cuantiosos que no cubre el depósito de renta.

“En esos casos se vuelve muy complicado recibir una indemnización a través de la vía civil; tendrías que irte a un juicio y ganarlo, que se le embarguen bienes al arrendatario (una cuenta bancaria, un coche o un inmueble de su fiador) y se subasten para poder cubrir los daños de tu casa”, finaliza el CFO de Morada Uno. 

Al respecto, resolvió que es importante blindarse ante las eventualidades que generan altos costos con un seguro de daños al inmueble, y que cubre hasta seis veces el monto de la renta. Un buen seguro debe cubrir todos los daños ocasionados por el mal uso de un inmueble o negligencias del inquilino.