Dos de cada 10 directivos participan en actos poco éticos, revelaron datos recopilados por la empresa de pruebas laborales Midot, que agregó, desde que una persona se integra a una compañía, se debe observar su historial ético y compromiso con los valores de la organización, los cuales deben ser evaluados cuidadosamente.
El managing director de la empresa de pruebas laborales Midot, Fernando Calderón, dijo que “la integridad, o falta de ella puede influir en la conducta y decisiones de un empleado, y “los actos deshonestos representan un alto costo para la rentabilidad y el ambiente de las organizaciones”.
Al respecto, el reporte global “Occupational Fraud 2022: A Report to the Nations” de la Asociación de Certificadores de Fraude, aseguró que los propietarios, ejecutivos, directivos y empleados son los mayores responsables de cometer fraude debido a la falta de controles internos; tan solo el 23% de los propietarios son responsables de estos actos, con pérdidas de más de 337 millones de pesos.
Por lo anterior, Midot señaló a través de un comunicado fechado al 5 de septiembre de 2023, que los fraudes cometidos por líderes empresariales tienen un impacto financiero importante en las compañías y su capacidad para operar efectivamente, ya que en teoría, a medida que los empleados crecen en la organización, su honestidad también lo hace.
¿Es qué momento aparecen las prácticas deshonestas?
Según la empresa de pruebas laborales, en México las prácticas deshonestas aparecen desde el proceso de contratación, ya que una de cada 2 personas miente en su currículum, pero los actos fraudulentos también se dan a nivel directivo, y estos finalmente afectan la moral del equipo y ponen en riesgo la sostenibilidad.
Sobre este punto Calderón enfatizó en que las principales características para que una empresa sea íntegra y ética son:
- cumpla con las leyes, reglas y regulaciones
- tenga transparencia en todo lo que se hace
- actúe con responsabilidad frente a colegas, clientes y proveedores
Lo cierto es que una forma de lograr que los trabajadores, directivos y en general los equipos de las empresas cumplan con los requerimientos de buenas prácticas en las compañías, se tienen que aplicar evaluaciones de integridad, se deben tener políticas claras de ética y promover la capacitación en ética y cultura de transparencia.