Algunas de las propuestas para fortalecer el marco fiscal del país planteadas tanto por organismos nacionales como internacionales, entre ellas, la OCDE recomienda mejorar la eficiencia del gasto público, ampliar la base tributaria, reducir la informalidad, mejorar la transparencia y el combate a la corrupción; mientras que la Auditoria Superior de la Federación propone conformar grupos técnicos de expertos que establezcan y apliquen metodologías para la estimación de variables como ingresos, gasto, precio del petróleo, entre otras.
Como parte del proyecto “Balance de las Reformas Estructurales” del Instituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado de la República, la Dirección General de Finanzas elaboró tres Notas Estratégicas sobre los avances en la implementación, los resultados y los temas pendientes de la Reforma Hacendaria, la Reforma Energética y la Reforma Financiera.
La reforma social y hacendaria de 2013 fue esencialmente recaudatoria. Las modificaciones legales tanto al IVA como al ISR permitieron elevar los ingresos tributarios en cerca de 1.7% del PIB de 2013 a 2017, informó en un comunicado.
El IESPS a gasolinas y diésel contribuyó a elevar la recaudación en alrededor de 1% del PIB, aunque las modificaciones a este último se dieron con posterioridad a la Reforma. Los mayores ingresos tributarios compensaron la caída de los ingresos petroleros, que pasaron de 8.3% del PIB a 3.8% en el mismo período.
Estableció un ancla fiscal y un límite al gasto corriente estructural como regla fiscal. Pese a ello, y aunque en general se ha cumplido con dicho límite, el endeudamiento público creció de forma acelerada entre 2014 y 2016.
El análisis destaca que los elementos de seguridad social que incluía la iniciativa de la Reforma Hacendaria, esto es, pensión universal y seguro de desempleo, no fueron aprobados y los temas relacionados con la calidad y efectividad del gasto público y de federalismo fiscal no se atendieron con la suficiente profundidad.
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Reforma financiera
Principalmente en una actualización del marco normativo que no implicó cambios estructurales en el sistema financiero, lo que puede limitar su capacidad para que los participantes del sistema otorguen más crédito y disminuyan su costo. Al tercer trimestre de 2017, el financiamiento interno al sector privado no financiero alcanzó 34.2% del PIB, 4.4% más que cuando se promulgó la Reforma en enero de 2014.
Reforma energética
Ha avanzado conforme a lo programado en su marco legal, algunas áreas de oportunidad para fortalecer la implementación de la reforma energética, por ejemplo, llevar a cabo modificaciones a las reglas de acumulación del Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo para incentivar su ahorro, fortalecer la capacidad de refinación de Pemex para mejorar la balanza comercial de productos petroleros, entre otros.
