Muy pocos logran salir de lista negra del SAT

De la famosa lista negra que elabora el Servicio de Administración Tributaria (SAT), sólo ha logrado salir 3.6% de los contribuyentes que son publicados en ella, de acuerdo con los datos de la autoridad fiscal.

Al corte del 28 de enero de este año, el SAT, a cargo de Margarita Ríos-Farjat, ha publicado a 9,475 contribuyentes en su lista negra. De éstos, sólo 346 han logrado salir, lo que representa apenas 3.6% del listado global.

De los 346 pagadores de impuestos que salieron del listado, 210 lograron desvirtuar los hechos, es decir, presentaron las pruebas y documentos para amparar sus operaciones, mientras que 136 recurrieron a la Corte, en donde obtuvieron una sentencia favorable.

La llamada lista negra del SAT, que entró en vigor en el 2014, se sustenta en el artículo 69-B del Código Fiscal de la Federación, el cual precisa que cuando el fisco detecte que un contribuyente emite facturas sin contar con los activos, personal, infraestructura o capacidad material para prestar los servicios o comercializar bienes, o si bien no se localizan, se presumirá la inexistencia de las operaciones, es decir, que simulan operaciones o son empresas fantasma.

En el listado, el SAT ha identificado a 7,501 contribuyentes que han obtenido el estatus de definitivo, es decir, el fisco ha determinado que sí simulan operaciones, mientras que existen otros 1,628 contribuyentes que aún no han desvirtuado los hechos, o que bien siguen en revisión.

Los delitos de defraudación fiscal, como la simulación de operaciones, son sancionados con tres meses a nueve años de prisión, dependiendo del monto defraudado, mientras que la adquisición de comprobantes fiscales falsos se sanciona con tres meses a seis años de prisión.

Con la llegada de la administración de Andrés Manuel López Obrador, se busca incrementar las sanciones por la emisión de comprobantes apócrifos y considerarla como un delito grave.

Alta efectividad

Expertos en materia fiscal refirieron que los datos demuestran que el SAT tiene un alto nivel de efectividad para identificar a contribuyentes que evaden sus obligaciones fiscales, ya sea a través de la compra de facturas apócrifas o la emisión de éstas.

“El SAT, cuando tiene identificado a un contribuyente no cumplido que tiene los requisitos para estar en esa lista, ya es complicado que salga, porque ya hizo todo un proceso de análisis y de identificación de que está simulando sus operaciones”, refirió Mario Morales, vicepresidente fiscal del Instituto Mexicano de Contadores Públicos.

En este sentido, Manuel Toledo, socio de Proactive Tax & Legal, refirió que el SAT tiene las herramientas necesarias para fiscalizar adecuadamente a los contribuyentes. No obstante, no negó que puede haber contribuyentes que cayeron en la lista negra por otras cuestiones, como haber obtenido una factura falsa sin saberlo de un proveedor que simula operaciones.

“En este caso, la autoridad debe analizar que, efectivamente, las pruebas que presente el contribuyente amparen que sus operaciones son existentes”, acotó.

Revisión constante

La lista negra del SAT se actualiza periódicamente a través del Diario Oficial de la Federación, así como en el sitio de Internet del fisco. Los datos publicados son abiertos para todo el público, por lo que cualquier persona puede acceder y conocer qué contribuyentes están implicados.

“Varios contribuyentes trabajan con diversos proveedores debido al negocio en el que están. Sin embargo, muchas veces no saben si estos están cumpliendo con sus obligaciones fiscales. En este sentido, la lista sirve para que los causantes la revisen y se den cuenta de si sus proveedores están o no en problemas”, agregó Manuel Toledo.

Por ello, Mario Morales exhortó a los contribuyentes a revisar constantemente las actualizaciones que el fisco hace de esta lista, ya que de adquirir una factura de alguno de los contribuyentes que están identificados como simuladores de operaciones, el SAT podría considerarlos como causantes que deducen operaciones falsas y aparecer también en la lista.

Con información de El Economista.