En el Acuerdo de París de 2015, más de 190 países se comprometieron a reducir las emisiones de carbono para 2030, para evitar los efectos negativos del aumento de la temperatura global. Sin embargo, a la fecha existe una gran brecha sobre lo que se ha cumplido.
El calentamiento global es cada vez más preocupante y para los organismos internacionales, en especial el Fondo Monetario Internacional (FMI), urge que los países tomen medidas al respecto, particularmente que impongan impuestos al carbono, ya que se considera que imposición de estos gravámenes otorgan una mayor seguridad sobre los precios futuros de las emisiones, lo que se contribuyen en el fomento de inversiones verdes y ahorro de energía.
Para el FMI, los impuestos al carbono son necesarios y de no implementarse de manera efectiva podrían incrementar la deuda pública entre ocho décimas y dos puntos del Producto Interno Bruto (PIB) por año. El seguir retrasando la imposición de impuestos al carbono será muy costoso para los países.
La preocupación mayor es con los países en desarrollo que carecen de recursos para financiar su descarborización. Para este organismo en el 2050, el aumento de la deuda de estos sería del 15 % de PIB, como resultado de la adopción de paquetes contra el cambio climático.
Qué ha hecho México
En nuestro país, no existe una legislación única, sino que el impuesto se aplica a nivel federal a través del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IESPS) y a nivel estatal mediante el impuesto por emisiones de gases contaminantes.
Los recursos son dirigidos al presupuesto general y no al fomento o actividades verdes.
Desde 2014, se regula el proceso de upstream (exploración y producción) y a veces de midstream (transporte y almacenaje de combustibles fósiles) del sector de hidrocarburos, calculado con respecto al contenido de carbono de los combustibles, pero no de las emisiones directas que se producen por su uso.
Cada gobierno estatal aplica su propia política de cambio climático, algunos estados han regulado en sus respectivas leyes fiscales este tipo de impuestos (Baja California, Nuevo León, Estado de México, Querétaro, Tamaulipas y Zacatecas) centrándose en los procesos de downstream (refinamiento del petróleo crudo y procesamiento y purificación del gas natural). El impuesto local está enfocado a fuentes fijas de gases de efecto invernadero.
Los impuestos al carbono en México aportan a la reducción de gases de efecto invernadero, pero no representan un factor determinante en su disminución.