Cumplimiento fiscal en la era digital: cómo prepararse para el futuro

La tecnología aplicada a los procesos fiscales se está convirtiendo en un habilitador clave para la eficiencia empresaria

Las autoridades fiscales en México alcanzaron un nuevo nivel de sofisticación. A principios de este año, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) anunció su Plan Maestro, el cual detalla una serie de innovaciones tecnológicas como el uso de Inteligencia Artificial (IA), modelos de analítica de grafos y machine learning para optimizar sus procesos de fiscalización. Este avance representa una transformación significativa en la manera en que las autoridades gestionan y monitorean el cumplimiento fiscal.

Por otro lado, un dato alentador es que el número de grandes contribuyentes—aquellas empresas con ingresos anuales iguales o superiores a 1,250 millones de pesos—que han adoptado herramientas tecnológicas para optimizar sus procesos fiscales ha crecido un 120% en los últimos seis años. Sin embargo, este grupo representa menos del 1% del total de contribuyentes en México, aunque aporta más del 50% de la recaudación total de impuestos. La situación resalta la importancia de extender estas innovaciones tecnológicas a un mayor número de empresas.

Además, en 2020, de acuerdo con el ranking de Facilidad del Pago de Impuestos, México se encontraba en el lugar 137 de una lista de 189 países en aspectos como el tiempo promedio que los contribuyentes invierten en cumplir con sus obligaciones fiscales –más de 240 horas–, un indicador que superaba la media mundial y generaba una carga adicional para las empresas.

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Considerando lo anterior, es que resulta esencial recordar que la tecnología aplicada a los procesos fiscales se está convirtiendo en un habilitador clave para la eficiencia empresarial. Automatizar tareas repetitivas no solo reduce el tiempo y esfuerzo necesarios para el cumplimiento normativo, sino que también disminuye el riesgo de errores humanos. Los sistemas automatizados incorporan controles y validaciones que aseguran una mayor precisión, lo que resulta en costos más eficientes y una operación fiscal más ágil.

La adopción de tecnologías como la Inteligencia Artificial, la nube y el Big Data está redefiniendo la manera en que las empresas manejan sus funciones fiscales. La IA, por ejemplo, permite automatizar el procesamiento de facturas, generar reportes financieros y analizar grandes volúmenes de datos para identificar tendencias, pronósticos y posibles irregularidades. Asimismo, esta tecnología puede detectar fraudes de manera oportuna, lo que refuerza el cumplimiento y la transparencia fiscal.

El software contable basado en la nube también ofrece múltiples beneficios. Además de gestionar transacciones financieras y realizar seguimiento de gastos, este tipo de plataformas garantiza un almacenamiento seguro y un acceso rápido a documentos importantes. También facilita la colaboración entre equipos, optimizando los procesos operativos y reduciendo las ineficiencias.

Otra herramienta destacada es la automatización robótica de procesos (RPA, por sus siglas en inglés), que acelera el ciclo de procesamiento de facturas y reduce la entrada manual de datos. Esto minimiza los errores y asegura la consistencia en los reportes financieros al conciliar información entre diferentes sistemas.

Por su parte, el Big Data ofrece un enfoque analítico de gran valor para la toma de mejores decisiones financieras. Este recurso permite identificar patrones de gasto, detectar actividades fraudulentas y analizar áreas de ineficiencia. Además, el monitoreo en tiempo real de métricas clave mejora la capacidad de las empresas para responder rápidamente a riesgos emergentes.

El impacto de estas tecnologías va más allá del cumplimiento fiscal. Según la Global CEO Survey 2024, más del 40% de los directores generales consideró que sus empresas no sobrevivirán los próximos 9 años si no se reinventan. En este contexto, las áreas de impuestos tienen el potencial de desempeñar un rol estratégico en la planificación y consultoría empresarial, impulsando la sostenibilidad y el crecimiento.

En un entorno fiscal cada vez más complejo, la tecnología se presenta como una aliada indispensable. Las empresas que inviertan en estas soluciones no solo mejorarán su eficiencia operativa, sino que también estarán mejor preparadas para enfrentar los desafíos del futuro y aprovechar las oportunidades que surjan en un mercado global dinámico y exigente.