Con el inicio del ciclo escolar, muchas familias buscan formas de aliviar el gasto y una de las dudas más comunes es: ¿Puedo deducir útiles, uniformes o transporte escolar en mi declaración anual?
La respuesta no siempre es la que los padres esperan. El Servicio de Administración Tributaria (SAT) indica que solo algunos gastos escolares entran dentro de las deducciones personales, y para aplicarlos hay que cumplir requisitos muy específicos.
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Deducciones permitidas
Las colegiaturas de escuelas privadas con reconocimiento oficial son deducibles desde preescolar hasta bachillerato o su equivalente, siempre que se paguen con medios electrónicos y se cuente con la factura electrónica (CFDI) con el complemento educativo. Los montos para aplicar este estímulo son:
preescolar: $ 14,200.00
primaria: $ 12,900.00
secundaria: $ 19,900.00
profesional técnico: $ 17,100.00
bachillerato o equivalente: $ 24,500.00
El transporte escolar obligatorio también es deducible, pero solo si es exigido por la institución o forma parte de la colegiatura y está desglosado en la factura. Esta deducción aplica únicamente para descendientes directos.
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Deducciones no permitidas
Aunque se facturen, los siguientes gastos no se pueden restar del impuesto:
útiles escolares, uniformes y libros
pagos de plataformas educativas
cuotas de inscripción o reinscripción
talleres, cursos o actividades extracurriculares
Requisitos clave para deducir
Para que las colegiaturas y el transporte escolar obligatorio sean deducibles, es indispensable realizar el pago mediante cheque nominativo, transferencia electrónica o tarjeta (de crédito, débito o de servicios); contar con una factura electrónica con complemento de instituciones educativas que incluya el nombre y CURP del alumno, el nivel educativo y el desglose de conceptos; y asegurarse de que la institución cuente con Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios (RVOE).
En conclusión, solo las colegiaturas y el transporte escolar obligatorio pueden ayudar a reducir tu Impuesto sobre la Renta. Los útiles, uniformes e inscripciones no generan un beneficio fiscal, aunque tengan factura. Conocer estas reglas y planificar con tiempo puede marcar la diferencia en el bolsillo de los contribuyentes.
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