Créditos de naturaleza como oportunidad de cumplimiento
normativo a empresas mexicanas

Créditos de la imágen: Foto de Leonardo Aparicio
México impulsa un mercado financiero ambiental con créditos de naturaleza y proyectos de restauración ecológica
Durante el foro internacional presentado por NAT5 Live Marketplace for Nature Positive, se anunció la emisión de un millón de créditos de naturaleza positiva, con un valor de 20,000,000 de dólares. La operación representa la apertura formal de un mercado financiero enfocado en la conservación ambiental, que busca transformar la regeneración de ecosistemas en un activo tangible y medible.
De izquierda a derecha, Sergio Contreras presidente del COMSE, Guillermo Hinojos, CEO de NAT5, Lorenzo Vianello, presidente de la Cámara de Comercio Italiana
Según estimaciones del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), por cada dólar destinado a la conservación se invierten 35 dólares en actividades que deterioran el entorno, a pesar que más de la mitad del PIB mundial depende directamente de la naturaleza.
Este desequilibrio impulsó el desarrollo de instrumentos financieros diseñados para compensar emisiones y canalizar recursos hacia proyectos de restauración, reforestación o manejo sustentable de agua, suelo y biodiversidad.
“La cifra puede parecer modesta frente a otros mercados, pero es capital que va directo a la conservación y restauración de ecosistemas”, señaló Guillermo Hinojos, CEO de NAT5 y fundador de ASES Ecological and Sustainable Services, entidad que coordina el desarrollo del marketplace.
Cada crédito o bono de carbono representa una acción verificable de regeneración ambiental como reforestar una hectárea, recuperar un cuerpo de agua o conservar especies en riesgo. Estos instrumentos pueden integrarse a los reportes ASG (Ambiental, Social y Gobernanza) o de sostenibilidad, y de esta manera contabilizarse como activos intangibles, lo que ofrece beneficios regulatorios y fiscales para las empresas que operan bajo estándares de transparencia climática.
En México, la Ley General de Cambio Climático en sus artículos 93 a 95 establece las condiciones que tienen las empresas deben cumplir para aplicar estímulos fiscales, como es la promoción de prácticas de eficacia energética, bajar las emisiones de carbono o participar en sistemas de comercio que puede vincularse al mercado de carbono a nivel internacional.
Estas disposiciones en la ley fortalecen la demanda de instrumentos certificados que permitan cumplir con metas ambientales sin frenar la actividad económica.
A raíz de estos requerimientos que piden las autoridades, el sector privado comenzó a incorporar estos mecanismos dentro de su planeación estratégica. Para Rodrigo Espinosa, director de la firma Génesis, la adopción de criterios ambientales no solo reduce riesgos reputacionales, también genera eficiencia y valor económico.
Durante el encuentro, el músico Alex Syntek destacó que incluso la industria cultural debe asumir su huella ecológica:
“Un artista también es una empresa, genera empleos, mueve infraestructura, pero deja una huella de carbono considerable. Medirla y compensarla es parte de una nueva tarea que todos deben asumir” señaló el cantente.
Esta visión de corresponsabilidad, que integra a corporativos, gobiernos y comunidades locales, ha permitido desarrollar proyectos de reforestación y restauración en Durango, Tabasco y Chiapas, donde cooperativas rurales participan en la recuperación de manglares, cultivos sostenibles de cacao y anís, por mencionar algunos de los 30 proyectos que participan en el marketplaces de naturaleza.
Los proyectos inscritos en el marketplace se evalúan bajo el protocolo aOCP, una metodología que combina rigor científico, auditoría técnica y trazabilidad digital. De esta manera, los resultados como la captura de carbono, la conservación del agua o la restauración de suelos se verifican por especialistas y se registran en una red blockchain que garantiza transparencia y evita duplicidades.
Con ello, cada crédito se convierte en una evidencia verificable del impacto ambiental positivo y en una herramienta que vincula al sector financiero con la conservación de la naturaleza.