Abusos detrás de un permiso temporal de trabajo

Diez jornaleras marroquíes decidieron denunciar los abusos de los campos de fresas en España, arriesgándose a perder sus familias y a ser humilladas

(Foto: Cuartoscuro)
 (Foto: Cuartoscuro)  (Foto: Redacción)

Un grupo de 10 mujeres marroquíes que tenían permiso temporal de trabajo en España para laborar en los cultivos de fresas presentaron una demanda colectiva por abuso y hostigamiento sexual laboral, además de explotación.

De acuerdo con un reportaje del periódico The New York Times, hace más de un año, diez mujeres decidieron alzar la voz, a sabiendas de que se arriesgaban a perderlo todo, incluidos el respeto y el apoyo de sus familias conservadoras.

Y así fue, el mismo reportaje documentó el testimonio de ellas que aseguran que a más de una sus esposos les han pedido el divorcio tras enterarse de los hechos o recibieron humillaciones e insultos por parte de sus familiares.

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Estas trabajadoras llegaron a España a través de un acuerdo bilateral con Marruecos, firmado en 2001, en el que se establecía que miles de campesinas migrarían de manera anual de abril a junio para trabajar en invernaderos para cosechar y cultivar las fresas.

El acuerdo especificaba que las jornaleras debían provenir del campo y ser madres para que quisieran regresar a casa una vez terminada la temporada.

Las denunciantes afirmaron que una vez que llegaban a los campos les asignaban jornadas interminables sin descansos para ir al baño y con sueldos que apenas y les permitían costear los gastos de alimentación.

Además de estar constantemente expuestas al hostigamiento y abuso sexual, lo que ocasionaba que además se practicaran abortos en los mismos campos.

“Durante años, los investigadores académicos y activistas se han quejado de las condiciones de trabajo en las granjas aisladas, pero las autoridades en España y Marruecos han tomado escasas o ninguna medida, señalaron funcionarios de los sindicatos locales de trabajadores”, aseguró el medio de comunicación.

Finalmente una de ellas decidió pedir ayuda y se acercó a un sindicato local, cuyos abogados asistieron a los campos a escuchar las preocupaciones de las campesinas; las escribieron en una lista y tres días más tarde volvieron con un camión para llevarse a más de cien de ellas de regreso a Marruecos sin que les pagaran sus sueldos.

Esa no era la primera vez que intentaban hacer algo, la investigación del New York Times documentó una nota de El País en 2014 en donde se denunciaban las condiciones laborales en los campos de fresa.

Pero sindicatos y trabajadoras aseguran que poco o nada ha pasado, aun cuando el gobierno español prometió implementar protocolos de seguridad para esa temporada. Ahora, diez jornaleras están escondidas y a la  espera de un juicio.