La cuarta transformación, desde que entró al gobierno en 2018, tuvo como programa estrella “Jóvenes Construyendo el Futuro” una política pública que consiste en que tanto empresas como instituciones reciben aprendices para capacitarlos en alguna actividad por un sueldo de 3,600 pesos que paga el gobierno durante un año.
El objetivo, de acuerdo con el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, es que aquellos jóvenes que no estudian ni trabajan tengan la oportunidad de insertarse en el mercado laboral a la vez de capacitarse para ser competitivos para el mismo.
A un año del arranque del programa, el pasado 27 de enero de 2020 la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) dio a conocer que el monto de la beca/ suelda que reciben los aprendices aumentará este año.
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Desde un inicio, el Partido Acción Nacional, organizaciones como Mexicanos contra la Corrupción y académicos criticaron esta propuesta por calificarla de asistencialista y aseguraron que el país tiene mayores problemas a los cuales se les podía asignar el presupuesto que se destinaría para el programa.
No obstante, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo indicó en el análisis “Panorama Laboral para América Latina y El Caribe 2019” que la población joven representa un reto para la economía de la región en tanto su inserción laboral va detrimento.
“La elevada tasa de desocupación juvenil ha sido un tema de preocupación. En efecto, la tasa de desocupación de los jóvenes de 15 a 24 años en la región triplica la tasa de los adultos, ratio que no ha mostrado cambios en las últimas décadas, lo que evidencia la situación de desventaja en la que se encuentra este grupo en el mercado laboral”, detalló.
El organismo internacional advirtió que el desempleo en el sector no distingue de escolaridad, pues los resultados del estudio evidenciaron que sin importar el nivel de estudios el problema persiste y más del 70% indicó llevar más de 6 meses en esa condición.
Lo que, según la OIT, si puede dar señales de que las escuelas no necesariamente preparan a sus estudiantes para trabajar.
“En el caso de los Países Andinos y en América Central y México los jóvenes más educados presentan una mayor probabilidad de estar desocupados. Mientras que en los países del Cono Sur y el Caribe los jóvenes con mayor nivel educativo tienen menores dificultades para encontrar trabajo”, señaló.
No obstante, el género sí determina la posibilidad que hay de que esta población tenga empleo “las mujeres jóvenes son las que presentan una mayor probabilidad de desocupación en comparación con los hombres”.
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Derivado de lo anterior la OIT sugiere que los gobiernos cuenten con programas de capacitación y aprendizaje, además de promover regímenes especiales para la empleabilidad de jóvenes; por lo que reconoce los esfuerzos del gobierno mexicano con este programa. Aunque desde la creación de Jóvenes Construyendo el Futuro indicó que México es uno de los países con las cifras menores de esta problemática de la región.