Si bien el salario mínimo no forma parte de los ejes rectores de la reforma laboral, es un tema preponderante en la agenda de la actual administración federal (2018-2024) además de ser un componente de las negociaciones que se hacen a nivel contractual y que infiere a los sindicatos.
En este sentido, el director técnico y secretario de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), Luis F. Munguía, detalló que la política salarial está enfocada en la recuperación gradual, responsable y consensuada del poder adquisitivo tanto por razones de justicia como por necesidad económica.
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De ahí que esté fundamentada en dos aspectos:
- crecimiento sostenido durante todo el sexenio
- el salario mínimo nunca debe estar por debajo de la inflación
“El salario mínimo sea suficiente para que una familia, de cuatro personas, que es promedio de una familia en México, puedan mantenerse con dos salarios mínimos. Es decir, que dos personas dentro del hogar estén trabajando y que con eso sea suficiente para mantener a toda su familia”, reiteró.
¿Qué papel juegan los sindicatos?
Munguía destacó que ese índice siempre ha sido una medida de justicia y aunque no debe ser utilizado para las negociaciones colectivas, funciona como un referente para evitar que las empresas paguen menos de este.
El salario mínimo no nada más tiene efectos en las personas que ganan el salario mínimo, sino tiene efectos en las personas que no lo ganan, pero que sus sindicatos o ellos mismos aumentan su poder de negociación y logran mejores incrementos salariales, apuntó.
Subrayó que en los últimos dos años el aumento en los salarios de los trabajadores fue mayor a lo registrado en más de 20 años y el salario mínimo parece ser una de las razones.
Abundó que con la Reforma Laboral se creó el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, lo que agilizará los juicios laborales e incrementa el poder de negociación.
Asimismo, garantiza la democracia sindical, con lo que se logra realmente una representación a los trabajadores para negociar mejores condiciones laborales y salariales.
Munguía destacó que una mayor democracia sindical implica que las negociaciones se centren no solamente en incrementos salariales sino en beneficios que cubran otras necesidades de los colaboradores de la organización.