"Ninis" se incrementan por contingencia

Probablemente el empleo de los jóvenes se recuperara solamente cuando termine la crisis económica

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 .  (Foto: iStock)

Uno de los sectores más afectados laboralmente por la contingencia sanitaria son los jóvenes a quiénes la pandemia encontró en condiciones de trabajo sin prestaciones, estabilidad o salarios competitivos, especialmente aquellos que apenas ingresaban al mundo laboral, lo que promueve el incremento de personas en este rango de edad que no estudian, ni trabajan, mejor conocidos como "ninis". 

De acuerdo con un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal)  y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) el efecto de la crisis es mayor entre los jóvenes debido a la menor disponibilidad de vacantes para los primeros empleos (menos incorporaciones) y la menor renovación de contratos temporales y de períodos de prueba (más desvinculaciones). 

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“Estos largos períodos de inactividad dejan cicatrices en la trayectoria laboral: más informalidad y mayor exclusión en el mercado laboral a futuro”, advirtieron en el informe "Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe. La dinámica laboral en una crisis de características inéditas: desafíos de política". 

A detalle, la tasa de desocupación del grupo de 15 a 24 años aumentó 3.4 puntos porcentuales, casi el doble del incremento registrado por el resto de los trabajadores (mayores de 25 años), de 1.8 puntos porcentuales.

Esto implica que  la tasa de desocupación de los jóvenes pasó del 27.3% en el segundo trimestre de 2019 al 30.8% en el mismo período de 2020, mientras entre los adultos dicho indicador aumentó del 8.4% al 10.3%.

Asimismo, según datos de la OIT, se debe considerar que la tasa de desocupación de los jóvenes en la región se había incrementado más de 4 puntos porcentuales entre 2014 y 2016 y se había estabilizado entre 2017 y 2019, mientras la desocupación del resto de los trabajadores había aumentado un promedio de 1.5 puntos porcentuales debido a la desaceleración del crecimiento económico.


En cuanto a las condiciones de trabajo, la OIT evidenció en 2019 que en la gran mayoría de los países de América Latina y el Caribe, una gran parte de los jóvenes ocupados se encuentran contratados de manera temporal o sin un contrato escrito, sobre todo en el Perú, el Paraguay y México, y con excepción de la Argentina, Costa Rica y Chile, donde la modalidad predominante es el contrato permanente. 

El organismo internacional señaló que a pesar de que los contratos temporales  podrían ser apropiados para conocer, aprovechar o formar las habilidades de los jóvenes para el puesto de trabajo, su utilización para evitar costos de despido puede tener efectos negativos en las inversiones en capacitación laboral. 

¿Cómo recuperarán el empleo?

Mientras se van adoptando medidas para reducir las restricciones a la movilidad de las personas y algunas empresas comienzan a retomar sus actividades, surgen interrogantes sobre las características de la reinserción laboral de los jóvenes en el marco de un proceso de recuperación lento y no exento de retrocesos, si los casos de contagio vuelven a experimentar un gran aumento, aseveró el documento. 

"Si bien no es posible saber lo que efectivamente ocurrirá con los jóvenes que han pasado a la inactividad durante la crisis actual, la experiencia muestra que los períodos de inactividad prolongados dejan cicatrices irremediables en la trayectoria laboral. En efecto, cuanto mayor sea el tiempo fuera de la escuela y del mundo laboral, mayores serán los riesgos de precariedad y exclusión del mercado de trabajo a lo largo de la vida activa", advirtieron. 

Por ello, el estudio proyectó que  la reactivación será gradual, y sus efectos en la demanda de trabajadores jóvenes por parte de las empresas lo serán aún más, porque es muy probable que los nuevos contratados sean quienes estaban trabajando antes de la pandemia.

"Esto tiene sentido, pues se evitan los costos de adaptación, capacitación específica y entrenamiento en el puesto de trabajo. Esto coincide con la experiencia de crisis pasadas, en que los trabajadores jóvenes eran contratados solo una vez que la recuperación se había consolidado", explicó. 

Por otra parte, es probable que se presenten al menos dos cambios en la demanda de trabajadores que tendrán efectos en la inserción laboral de los jóvenes: 

  • el primero es que que la crisis acentúe el ritmo de transformación de las empresas hacia un mayor uso de tecnologías que requieran menos mano de obra pero mayores niveles de calificación, lo que a corto plazo operaría en contra de la contratación de jóvenes
  • el segundo,  el uso de nuevas tecnologías ha favorecido el desarrollo de nuevas modalidades de empleo asociadas a la operación de plataformas digitales, en las que se concentran los trabajadores jóvenes

Por lo anterior, la CEPAL recalcó la necesidad de las   medidas de apoyo a las empresas, tanto para orientar los procesos de quiebra de forma ordenada o incorporar a las sobrevivientes en la reactivación como para facilitar la creación de nuevas empresas.