La discriminación existe cuando una persona recibe un trato menos favorable que otra, debido a sus características, tales como embarazo, maternidad, origen étnico o nacional, género, edad, discapacidad, salud, religión, opiniones, preferencias sexuales, estado civil, etcétera.
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Aun cuando dichas particularidades no debieran guardar relación con las competencias de un candidato al momento de postularse para obtener un empleo existen actos discriminatorios que se dan en la etapa previa a la contratación, durante el empleo, o al término del mismo.
Por lo que se refiere a la etapa previa, es de suma importancia que las empresas analicen si todos los candidatos a un puesto tienen un trato igualitario al postularse, independientemente de cualquier otro atributo que sea necesario acreditar para hacer el trabajo.
Por ejemplo, en el Reino Unido, se ha implementado la prohibición de incluir en el currículum vitae la fotografía del candidato, como medida para disminuir la discriminación durante el proceso de selección, propiciando que las empresas se enfoquen en los conocimientos y las aptitudes del postulante, y dejen en segundo plano su aspecto físico.
Así, se ha logrado un avance en la inclusión al empleo, ya que se está dando a muchos individuos la oportunidad de obtener trabajo sin que se haya tomado en cuenta su apariencia física, opiniones, discapacidades, etc. Es común ver que el guardia de seguridad de la estación del metro traiga una mohicana o que un contador se encuentre en silla de ruedas, por lo que se ha demostrado que los conocimientos son los que realmente se toman en cuenta al momento de la contratación.
En nuestro país, a pesar de que desde el 2012, el artículo 133, fracción I de la LFT prohíbe a los patrones a negarse a contratar trabajadores por cualquier criterio discriminatorio, aún falta mucho por avanzar.
Se ha trabajado en anular las solicitudes de certificado gravidez de las mujeres e incluso se han dado incentivos para la contratación de personas con discapacidad, existen otras prácticas que son de igual manera discriminatorias.
Con la experiencia de los últimos días por el virus COVID-19, lamentablemente se dado un retroceso y se ha incrementado el número de casos de denuncias de discriminación hacia los trabajadores considerados vulnerables, dentro de las cuales está la de evitar la contratación de dichas personas para sortear la obligación de mantenerlos confinados en casa hasta que el semáforo epidemiológico se encuentre en verde.
Esto trae como consecuencia que exista clara violación a los derechos laborales de lograr acceder a un puesto de trabajo, debido a condiciones que nada tienen que ver con sus habilidades y conocimientos para desempeñar el trabajo.
Por ello, hoy más que nunca se debe reforzar la responsabilidad social de los empleadores de actuar con solidaridad frente a los grupos vulnerables, y se sensibilicen de modificar las prácticas discriminatorias en el proceso de reclutamiento de nuevos talentos, con miras a un futuro laboral más integrador.
