Cada año, el 1o. de mayo, lo conmemoramos de manera internacional, y lo que lo motiva son los hechos acontecidos del 1o. al 4 de mayo de 1886 en Chicago, Estados Unidos, en donde más de 50 mil trabajadores cansados de los abusos de sus empleadores salieron a la calle a manifestarse con una sola consigna, de regular como jornada laboral máxima la de ocho horas diarias y un día de descanso por cada semana de trabajo.
Y es que por esos días no era extraño encontrar trabajadores que desempeñaban jornadas inhumanas de hasta 14 o 15 horas diarias sin días de descanso, lo que provocaba pérdida de su salud, así como una nula calidad de vida.
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Ante este tipo de manifestaciones, los patrones para seguir produciendo contrataron a personal que ocupara los puestos que dejaban temporalmente los trabajadores manifestantes, a quienes posteriormente se les conocería como esquiroles.
El 2 de mayo de 1886, uno de los líderes, August Spies, hizo sonar la chicharra de salida de una de las empresas minutos previos de la hora regular. El propósito era el asedio de los esquiroles que se enfrentaron a los trabajadores manifestantes que estaban afuera de una de las compañías. La policía de la ciudad perdió el control de la situación y comenzó a disparar a quemarropa a ambos bandos de trabajadores, dejando una decena de muertos y cientos de heridos.
Además, como en la trifulca y confusión que se dio entre los bandos obreros, y de los elementos de la policía, se detonó un explosivo del cual nunca se supo su procedencia, hubo un policía muerto y dos heridos, fueron juzgados y condenados a la horca los líderes obreros George Engel, August Spies, Albert Parsons, Louis Lingg y Samuel Fielden conocidos posteriormente como los Mártires de Chicago.
¿Qué trajeron consigo estos acontecimientos?
Por este motivo, se conmemora cada 1o. de mayo los acontecimientos en la Plaza de Heymarket de Chicago, mismo que para el diario New York Times “Su significado tiene que ver con la libertad de expresión, el derecho de manifestarse, el trabajo organizado, la lucha por la jornada de ocho horas y el derecho de todo ser humano a conseguir una próspera e igualitaria vida”.
De ahí que en la segunda reunión internacional de confederaciones obreras de varios países, sobre todo europeos, celebrada en 1889 en París y en la que participó el filósofo y jurista mexicano Vicente Lombardo Toledano se tomó la decisión de celebrar el 1o. de mayo como el Día del Trabajo a nivel mundial.
Sin embargo, en nuestro país, fue hasta 1913, que a iniciativa de la Casa del Obrero Mundial, se conmemoró el 1o. de mayo como el Día del Trabajo, realizando una marcha en la cual 20,000 obreros exigieron a Victoriano Huerta la implantación de las ocho horas como jornada laboral máxima legal, siendo hasta 1917 que quedó establecida esta jornada en el artículo 123 de nuestra Constitución Federal.