Si bien las mujeres ganan cancha en el mercado laboral, todos los días se enfrentan a la violencia de género y más comunmente a formas casi imperceptibles de ella que merman su desarrollo, estos son los micromachismos.
Los micromachismos se definen como las conductas casi imperceptibles que se dan en la vida cotidiana, para mantener posiciones de poder en relaciones asimétricas entre hombres y mujeres, según el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).
Ya que no hay violencia explícita, el mayor riesgo es que sea una forma solapada de agresión, mediante gestos o comentarios sutiles que se mantienen por más tiempo e incluso de generación en generación. Estos casos velados de discriminación suceden incluso en los entornos más cercanos y progresistas.
“Se trata de micro agresiones que suelen estar muy arraigadas en los ambientes de oficina y culturas corporativas altamente competitivas, pero terminan por tener consecuencias que limitan y agreden la autonomía, el equilibrio mental y psíquico de las mujeres, en todos los niveles de la vida. Puede llegar un punto en que ella ya no se sienta motivada ni segura de hacer o decidir algo; se cuestione si detrás de la broma o el comentario hay razón. Crecen las inseguridades y se hace más difícil exponerse en público”, indicó la directora de Respir libertad, Cristina Raunich.
“Las trabajadoras mexicanas de cualquier industria, escala y posición social a menudo sortean su desempeño laboral entre obstáculos silenciosos que frenan su potencial. De fuera solo se ve el ‘logro’ de tener un empleo o generar su propio ingreso, pero muchas veces hay un trasfondo agotador de aparentar estar bien en un ambiente hostil que promueve que ellas mismas se saboteen”, advirtió Raunich.
A largo plazo los micromachismos pueden desvalorizar el rol de las mujeres en sus entornos profesionales, terminando por ignorar sus opiniones o su presencia en determinados espacios.
“Es fundamental reconocer si la insatisfacción o frustración laboral se asocia a micromachismos, o bien si estas actitudes están frenando las opciones de progreso real que una mujer puede o quiere lograr en su trayectoria”, destacó.
Para identificar qué acciones son micromachismos, Respira libertad compartió:
Son aparentemente inofensivos. Comentarios, bromas, gestos que en principio no tienen la intención de herir, pero señalan una cualidad de superioridad e inferioridad de hombres contra mujeres
Jerarquizan la atención o prioridad en cuestiones de valor al hombre sobre la mujer. Por ejemplo en toma de decisiones, administración financiera, etc
Actitudes mansplaining o de “hombres explicando”. Refuerza la idea de que a las mujeres hay que explicarles todo
Observación o escrutinio permanente sobre cómo se presenta una mujer en ambientes laborales o públicos. Se presta más atención a cómo se viste y se comporta respecto a sus colegas varones
Se usan adjetivos espontáneos que nada o poco tienen qué ver con el trabajo, y pueden hacer sentir a una mujer incapaz, fea, culpable, insegura o con miedo
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Qué hacer si hay micromachismos en el entorno laboral que afectan el desempeño o la confianza de las mujeres
1. Hay que aprender que estamos en un sistema que repite estas conductas casi por inercia; si tomamos conciencia, podemos hablar, sensibilizar sobre el tema, educar.
2. No tener miedo a hablar si sientes que hay situaciones que te intimidan. Si el comentario, la broma o el gesto usa estereotipos que no te agradan o no te parece gracioso, es una buena alerta, házlo notar
3. Buscar aliadas dentro de tu organización, acercarte a recursos humanos para explorar juntos maneras de visibilizar y educar. Si no recibes apoyo ahí, existen organizaciones externas que apoyan a las trabajadoras
4. Buscar redes propias de apoyo. Hablar de tus inseguridades con un profesional externo puede ayudarte a detectar las causas y actuar en consecuencia desde tus fortalezas.