Las estructuras inflexibles no permiten que este tipo de talento prospere al interior de las compañías. Descubre cómo corregir esto para lograr la innovación
Según Time2Grow, se ha identificado una creciente búsqueda de talento líquido a nivel empresarial. Dicho de otra manera, las compañías mexicanas están transformando su estrategia competitiva, la cual se basa en la necesidad de talento adaptable, con habilidades transversales y una clara orientación hacia el aprendizaje continuo.
"Las empresas quieren ser más ágiles, incorporar talento global y operar con rapidez. Pero muchas lo intentan con modelos diseñados hace décadas para entornos estables y predecibles", destaca Estrella Vázquez, CEO de la firma consultora.
Evolución del perfil de talento laboral
La consultora lo ejemplifica cómo dentro de una jerarquía estricta, cada rol tenía funciones inamovibles: el archivista administraba documentos, la secretaria coordinaba agendas y el jefe de área supervisaba tareas específicas, lo que pone en evidencia el gran contraste que existe con el pasado.
En la actualidad, por otro lado, es más valorada la capacidad de los profesionistas para formar parte de proyectos transversales, aprender nuevas tecnologías de manera constante, comunicarse eficazmente en distintos contextos y aportar a la resolución de problemas desde varios puntos de vista.
La versatilidad del talento líquido enriquece a los equipos actuales, manifestándose en roles como el de un ejecutivo de cuenta que contribuye a la estrategia comercial, un profesional de recursos humanos que impulsa la transformación digital, o un responsable de relaciones públicas que aporta a la gestión de marca y experiencia del cliente. Esta evolución en la forma de trabajar demanda un cambio profundo en las estructuras organizacionales.
Este fenómeno cobra especial importancia en un entorno donde la transformación digital y la flexibilidad laboral se han intensificado tras la pandemia. Un estudio de Deloitte revela que el 90% de los líderes empresariales considera la agilidad organizacional esencial para el éxito futuro. No obstante, sin una reforma estructural profunda, el talento líquido podría no ser aprovechado plenamente.
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Para fomentar el talento líquido en las empresas, es fundamental transformar la estructura organizacional, redefinir la gestión del talento y establecer nuevos indicadores de medición. En este sentido, Time2Grow propone estas acciones para lograrlo:
1. habilitar la fluidez del talento mediante la transformación organizacional
Es esencial repensar la arquitectura organizacional. Las jerarquías rígidas restringen la movilidad interna y la capacidad de los equipos para adaptarse a las demandas del negocio. Las empresas deben evolucionar hacia modelos más horizontales, basados en redes de colaboración, proyectos transversales y células ágiles. Esto permite que los profesionales con talento líquido aporten sus habilidades en diversos contextos y proyectos.
"El talento líquido busca propósito, aprendizaje constante y autonomía. Las empresas que entiendan esto y lo integren en su propuesta de valor serán las que atraerán y retendrán a los mejores perfiles", asegura la CEO de la consultora.
2. redefinir la gestión del talento: de procesos a experiencias
La gestión tradicional de RR.HH., enfocada en procesos lineales (reclutamiento, evaluación anual, promoción vertical), no satisface las expectativas del talento líquido. Se requiere un enfoque más dinámico que promueva el aprendizaje continuo, ofrezca rutas de desarrollo personalizadas y facilite el trabajo flexible.
"La organización no puede ser una camisa de fuerza para el talento. Necesitamos marcos que permitan el flujo del conocimiento y el movimiento del talento de acuerdo a las prioridades del negocio", enfatiza Vázquez.
3. medir lo que importa: nuevos indicadores para una nueva realidad
Es crucial replantear cómo se mide el desempeño y el impacto del talento. Además de los KPIs tradicionales, es necesario incorporar métricas que reflejen la adaptabilidad, la colaboración y la contribución a la innovación. Esto implica un cambio cultural, valorando no solo los resultados inmediatos, sino también la capacidad de aprendizaje y la versatilidad del talento líquido.
La integración del talento líquido en empresas con estructuras tradicionales presenta desafíos que van más allá de la gestión tecnológica. Las organizaciones que exploran nuevas formas de trabajo y modelos más flexibles ya están enfrentando este proceso de adaptación, buscando equilibrar la eficiencia operativa con la agilidad que exigen los nuevos entornos laborales.