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JUE 06/11
TDC 18.5947
MIE 10/09
INPC 141.1970
VIE 01/08
RECARGOS FEDERALES 1.47%
SAB 01/02
UMA 113.14
El país carece de una norma que permita ausentarse por luto, lo que deja la aprobación de permisos a criterio del patrón
En México, la muerte se celebra, pero no contempla licencias laborales en apoyo a los trabajadores. A pesar de la profunda tradición del Día de Muertos y su carga simbólica en la cultura nacional, la legislación laboral no reconoce el derecho al duelo. De esta manera, la Ley Federal del Trabajo (LFT) no establece ningún tipo de permiso con goce de sueldo ante el fallecimiento de familiares, dejando la decisión al criterio del empleador o a la política interna de cada empresa.
Un vacío legal de una licencia laboral por luto
El artículo 132 de la LFT, que enumera las obligaciones patronales, solo prevé licencias por maternidad, paternidad o adopción. No existe una disposición que contemple el fallecimiento de un familiar directo, lo que convierte al duelo en un tema sin respaldo jurídico. En la práctica, el permiso por luto depende de la sensibilidad de la dirección o de acuerdos individuales, generando desigualdad entre trabajadores del mismo sector.
Este vacío normativo coloca a México en desventaja frente a sus pares latinoamericanos. En Chile, la ley concede siete días corridos por fallecimiento de hijos o cónyuge; Argentina, Colombia, Perú y Brasil otorgan entre dos y cinco días hábiles. En cambio, el marco mexicano carece de parámetros mínimos que orienten a las empresas o protejan a los empleados.
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Impactos en productividad y clima organizacional
Desde la óptica de Recursos Humanos, la falta de una política nacional genera efectos directos sobre el desempeño y la moral corporativa. De acuerdo con Maya Dadoo, CEO de Worky, advirtió que ignorar el proceso de duelo tiene un costo tangible en productividad.
“El duelo no es una simple ausencia, es una condición de salud mental que impacta directamente en la productividad al reincorporarse. Un colaborador que no procesa su pérdida, por estar presionado a volver, opera a un rendimiento mermado, con alta distracción y riesgo de errores”, señaló.
En estudios citados por la firma, nueve de cada diez empleados que atraviesan una pérdida reportan disminución en su rendimiento y alteraciones del sueño. Ante este panorama, Dadoo propone entender el permiso por duelo no como un gasto, sino como una inversión en bienestar y retención de talento.
El empresariado, por su parte, enfrenta dos retos principales, adaptar su operación para otorgar días pagados y formar líderes capaces de manejar el regreso del trabajador con empatía. Dadoo subrayó, que las empresas con sistemas automatizados pueden integrar fácilmente estos permisos en la nómina, mientras que las que dependen de procesos manuales se exponen a errores administrativos y sanciones. La tecnología, dice, puede convertir un trámite sensible en un proceso ágil y digno.
Reformas de luto no prosperan
En los últimos años se presentaron diversas iniciativas en el Congreso para formalizar la licencia por duelo. La más reciente, registrada en marzo de 2025 por la diputada Ivonne Aracelly Ortega Pacheco, propone adicionar una fracción al artículo 132 de la LFT para otorgar cinco días hábiles con goce de sueldo por la muerte de familiares directos. Aunque la propuesta fue turnada a comisiones, sigue sin aprobarse, al igual que intentos anteriores en 2016, 2019 y 2023.
La ausencia de avances legislativos refleja una deuda pendiente entre la cultura mexicana y su marco laboral. Mientras la sociedad honra a sus muertos, la ley aún no reconoce el derecho a despedirlos con dignidad.
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