México, ¿puede proteger a las trabajadoras del hogar?
En el día internacional de la trabajadora doméstica se debe hacer una reflexión sobre las formas de mejorar su situación
Seguridad Social
En México hay incapacidad legal para protegerlas; además, “la situación se ha empantanado porque se piensa en una relación obrero-patronal común y corriente, como si el hogar fuera una gran empresa, y eso no es viable para una familia”, destacó la académica del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM, Mercedes Pedrero Nieto.
“Quienes protegen a sus trabajadores domésticos suelen hacerlo de forma particular, pues el Seguro Social, además de los trámites, es muy costoso para el empleador. Para el tipo de salario que se otorga no se puede cumplir fácilmente con las cuotas”, afirmó Pedrero Nieto.
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En México, el 70% de las trabajadoras del hogar gana menos de dos salarios mínimos, y el 30% menos de uno; ocho de cada 10 no están afiliadas al seguro social; ocho de cada 10 no tienen pensión de retiro; siete de cada 10 son de ascendencia indígena; siete de cada 10 no tienen ninguna prestación formal y nueve de cada 10 no tiene un contrato escrito, según datos del Sindicato Nacional de Trabajadoras del Hogar.
La experta en estudios sobre fuerza de trabajo no remunerado y uso del tiempo, y ganadora del Premio Universidad Nacional 1998 por su investigación en ciencias sociales, destacó el hecho de que muchas de las trabajadoras sean de origen rural, principalmente indígenas o de zonas marginadas, que viven en casa de sus empleadores, lo que garantiza que estén en el sitio todo el día, por un bajo salario y sin posibilidad de grandes cambios.
Las jóvenes migrantes que llegan a las ciudades para el servicio doméstico regularmente es para cuidar a personas adultas mayores o a niños, y para hacerlo dejan a sus propios hijos en sus comunidades, a cargo de sus padres o en el abandono. “En un círculo vicioso”.
Algo que no ha cambiado con el tiempo, refirió la universitaria, es lo que ha expresado Lorenza Gutiérrez Gómez, coordinadora del Colectivo de Mujeres Indígenas Trabajadoras del Hogar: las patronas siempre prefieren a una trabajadora de pueblo que no conozca sus derechos, que no se queje, que sea obediente y acepte todas las condiciones. Las empleadoras y sus familias se creen con la obligación de educarlas, y existe todo tipo de prejuicios, discriminación y maltrato psicológico, emocional y a veces físico y sexual.
Finalmente, Pedrero Nieto enfatizó que en el Día Internacional de la Trabajadora Doméstica se debe hacer una reflexión sobre las formas de mejorar su situación.
“No debe servir para darles una rebanada de pastel, sino para generar una cultura que permita reconocer su labor como la de un obrero, que tiene una función clave en los hogares mexicanos”, puntualizó.