En el momento en que un subordinado se queda sin empleo, lo primero que viene a su mente es cómo este hecho le va a afectar a sus finanzas y el nivel de vida que lleva; y deja de lado cuál será el impacto en la cuantía de una futura pensión, misma que tiene como objetivo principal, garantizar un nivel de vida digno durante la tercera edad.
En el estudio denominado Acerca de la influencia de las interrupciones en el empleo sobre las prestaciones por jubilación elaborado por los profesores Jorge Miguel Ventura Bravo y José A. Herce para el Instituto BBVA de pensiones, se abordan los efectos que tienen las interrupciones de cotizaciones a la seguridad social sobre el cálculo de las prestaciones de pensión, ya sea por desempleo, maternidad o paternidad, enfermedad, incapacidad, servicio militar y otros periodos de inactividad.
La investigación señala que, en Portugal, en los casos de un único periodo de inactividad producidos al principio de la vida laboral, no trae consecuencias significativas en relación con las pensiones y no importa si el nivel salarial es bajo, medio o elevado.
Tampoco afectan los supuestos en los que el colaborador mantiene el salario relativo o en el que interrumpe su vida laboral entre los 40 a los 45 años de edad, siempre y cuando regrese a trabajar lo antes posible. Las implicaciones aumentan cuando los episodios de inactividad son prolongados y la edad para pensionarse esta próxima.
Asimismo, precisa que en España, el impacto depende de cuándo se producen las interrupciones, la duración de las mismas, los ingresos que percibe el asegurado y si cuenta con alguna protección durante el desempleo.
Si los lapsos inactivos, sin cotizar a la seguridad social, se originan de forma temprana dentro del periodo de cálculo para determinar la pensión (20 últimos años antes del retiro); o en los años más cercanos a la pensión, estas situaciones repercuten en una merma del monto de dicha prerrogativa.
De igual modo, indica que la consecuencia del cese laboral sobre las pensiones de un trabajador cuyo salario se sitúe por encima o abajo de las remuneraciones promedios, se reduce en gran medida a causa del papel que juegan los límites de pensión inferiores y superiores.
Si bien el estudio abarca España y Portugal, este sirve como reflexión para nuestro país.
No cotizar en el Régimen Obligatorio del Seguro Social y hacerlo con un salario bajo, son dos factores que influyen en la obtención o monto de pensión, veamos.
Para el otorgamiento de una pensión de cesantía en edad avanzada (CEA) o vejez, para quienes fueron asegurados por primera vez antes del 1o. de julio de 1997 (régimen LSS 73), se toman en cuenta dos elementos para calcular la pensión: los últimos cinco años (para determinar la cuantía básica) y las semanas que se cotizaron al IMSS, adicionales a las 500 requeridas para recibir el beneficio.
Es decir, que bajo ese régimen existe afectación al tramitar una pensión de CEA o vejez si en los últimos cinco años se cotiza con un salario base de cotización (SBC) bajo, o bien, si el beneficio se obtiene con las semanas mínimas requeridas por la ley.
Por lo que hace a las pensiones de esta naturaleza, pero al amparo de la LSS de 1997, la base para calcularlas, es el monto de los recursos que se tenga en la cuenta individual, pudiendo escoger contratar:
- una renta vitalicia, el saldo de la cuenta individual se le resta el costo del Seguro de Sobrevivencia a favor de los beneficiarios, la cantidad restante es el monto constitutivo con el que cuenta la aseguradora para financiar la pensión, según la esperanza de vida, mediante fórmulas actuariales, o
- retiros programados, prevé los rendimientos que se pueden obtener sobre la cuantía total de los recursos de la cuenta individual y ese fondo se fracciona según la esperanza de vida. Aquí también se le resta el monto del Seguro de Sobrevivencia a los recursos acumulados
En este supuesto, afecta que durante todo el tiempo de cotización se tenga un SBC bajo, pues entre menor es la cuantía de este, la pensión será paupérrima.
Otro factor que afecta a la pensión, es tramitar la ayuda por desempleo, debido a que el dinero entregado al subordinado proviene de la subcuenta de Retiro, Cesantía en Edad Avanzada y Vejez, por lo que hacer uso de esos recursos, disminuye en igual proporción las semanas de cotización efectuadas (art. 198, LSS).
Finalmente, es importante señalar que de acuerdo con el precepto 218 de la LSS, los ex-trabajadores pueden continuar en el ROSS, específicamente en los conceptos de Gastos Médicos para Pensionados y sus beneficiarios del Seguro de Enfermedades y Maternidad; los Seguros de Invalidez y Vida, Cesantía en Edad Avanzada y Vejez para acumular semanas de cotización y acceder en su momento a una pensión.
