Protección social, ¿requiere flexibilidad?

Las políticas prevalecientes asumen que la mayoría de las personas están en un empleo dependiente estable, pero el trabajo es más diverso y fluido

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 .  (Foto: iStock)

A fin de que las políticas de protección social respondan mejor a las necesidades de las personas es importante que estas incluyan medidas alternas de distribución de riesgos o formas de aumentar y mejorar las actuales, aseveró el  economista Líder de la Práctica Global de Protección Social y Empleo de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS), Truman G. Packard. 

En ese sentido, el secretario general del organismo, Álvaro Velarca Hernández, señaló que desde la década de 1980 se intentó reformar algunos de los componentes de los sistemas de seguridad social para adecuarlos a un modelo económico más flexible, pero estos esfuerzos han arrojado resultados hasta cierto punto limitados. 

Además, señaló que hoy amplias porciones de población permanecen excluidas de la seguridad social o tienen una protección mínima; a la par que la pandemia de COVID-19 ha acentuado muchas de las transformaciones económicas, laborales, familiares y demográficas, incrementando la consecuente necesidad de reforma de nuestros sistemas de seguridad social. 

Por lo anterior, Packard indicó que las políticas de reparto de riesgo crean resiliencia que deben adaptarse al entorno, ya que paulatinamente se ha dado un periodo de grandes cambios en los mercados de trabajo del mundo en lo relativo a la demanda y oferta, donde se involucran variables como el cambio tecnológico, integración económica, cambio social, cambio demográfico y hasta el cambio climático.

“Las políticas prevalecientes asumen que la mayoría de las personas están en un empleo dependiente estable, pero el trabajo es más diverso y fluido. Los supuestos fundamentales del trabajo tienen que cambiar, darse una relación directa entre el Estado y el ciudadano. El mundo del trabajo está evolucionando, pero las instituciones, las regulaciones, no lo están haciendo tan rápido, por lo que se requiere una protección más accesible y robusta; es decir, un paquete integral de protección, que tenga por lo menos un mínimo garantizado financiado públicamente con cargo a la base imponible más amplia (beneficio básico de coste en transferencias y primas subvencionadas), y hasta uno voluntario y privado (provisión del mercado regulado de ahorros y seguros)”, aseguró.

Finalmente, dijo que los responsables de políticas públicas en la materia, deben considerar que una base del reparto de riesgo eficaz, es la prevención de la pobreza y la protección subvencionada contra medidas catastróficas, financiadas con impuestos de base amplia, con protecciones sólidas contra el empobrecimiento disponibles para todas las personas dondequiera y como sea que trabajen. En lugar de proteger a los trabajadores del cambio, los gobiernos pueden reorientar sus esfuerzos para protegerlos para el cambio, apoyar las transiciones laborales, la capacitación y el reempleo, entre otras.