El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) estimó que las negociaciones requerirán de siete rondas con intervalos de dos semanas a partir del 16 de agosto, por lo que a principios de 2018 podría concluir el proceso, y ello disminuiría una posible incidencia en el proceso electoral de México.
Sin embargo, apuntó que “no faltará la fracción política que pueda retomar aspectos positivos o negativos de la negociación para utilizarlos en sus campañas”; no obstante, la intención de Estados Unidos sobre reducir el déficit comercial sin contemplar la forma de hacerlo no está clara.
“Sin esta claridad de parte de nuestros socios estadounidenses, podríamos esperar un proceso de negociación complejo que podría generar incertidumbre en los mercados”, indicó en un comunicado.
Pese a la incertidumbre, el sector privado se preparó con una estrategia de coordinación llamada el “Cuarto de Junto” y el “Cuarto de Inteligencia” entre los diferentes fragmentos productivos del país para apoyar al equipo negociador con la suficiente información, análisis, escenarios y propuestas con el fin de “hacer frente” a cualquier resultado.
Finalmente, el CEESP recordó que los objetivos de la renegociación de Trump denotó “la línea a seguir” aunque no exista claridad de cómo se intenta concretarlos.
