México cuenta con 49 aduanas (marítimas, terrestres –fronterizas–, aéreas e interiores) a través de las cuales ingresan o se extraen mercancías del territorio nacional, previo cumplimiento de ciertas formalidades para su despacho ante las mismas, entre ellas, elaboración del pedimento; pago de contribuciones y cuotas compensatorias, en su caso; presentación de las mercancías ante la autoridad aduanera; activación del mecanismo de selección automatizado; etc.
Si las mercancías deben someterse a las formalidades del despacho aduanero, ya sea para su importación o exportación, ¿ello tendría que cumplirse para las intangibles –softwares, licencias, audios, entre otros– que se descargan por Internet?
Este es un cuestionamiento frecuente, y aun cuando la respuesta ha sido en varios sentidos, lo cierto es que los intangibles se consideran mercancías (art.2o, fracc. III, Ley Aduanera) pero no existe forma de someterlos a las formalidades del despacho aduanero, por lo que su compra y medio de envío puede soportarse con los contratos respectivos; las licencias de derechos en materia de propiedad intelectual; las facturas de las compras; los comprobantes de los pagos al extranjero; entre otros.
Si bien es cierto que los intangibles han dado mucho que decir respecto a su regulación aduanera, de hecho, hay quienes proponen la creación de aduanas virtuales para ellos; también cabría preguntarnos, ¡por increíble que parezca!, qué hay o qué habría de implementarse para los bienes (muestras de polvo y rocas lunares, etc.) que se están trayendo del espacio ultraterrestre en las exploraciones que cada vez se están haciendo más normales en nuestros tiempos.
En la edición 483 de IDC Asesor Fiscal, Jurídico y Laboral, de fecha 31 de marzo de 2021, podrán conocerse las implicaciones jurídicas de los espacios celestes, incluso, cuál ha sido la forma de documentar los bienes procedentes de estos cuando llegan a nuestro planeta.
