Al primer semestre de 2018, uno de cada 101 correos electrónicos tenía una intención maliciosa, mientras que solo 32% se consideró “limpio” y entregado a un buzón de entrada, informó la empresa de seguridad FireEye.
En comparación con el semestre anterior, los cambios en estos números muestran que el panorama de los correos electrónicos continúa viendo un incremento en las amenazas basadas en este medio de comunicación, refirió la firma.
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El presidente de de Seguridad de E-mail en FireEye, Ken Bagnall, destacó que un solo e-mail malicioso puede causar daño significativo a la marca y pérdidas financieras pues “no es sólo la forma más generalizada de comunicación, sino también el vector más popular de los ciberataques. Esto hace al e-mail la más grande vulnerabilidad para cualquier organización”.
Además de que los ciberataques adaptan su actuación con lo que exponen a las organizaciones a asaltos sin malware, como el fraude de CEO.
Explicó que la mayoría de los ataques bloqueados durante el análisis fueron sin malware, de los cuales el 81% de correspondieron a ataques de phishing, casi el doble que entre enero y junio de 2018.
Por lo anterior recomendó a las organizaciones elegir una solución de seguridad de e-mail con características basadas en conocimiento ganado en las trincheras en tiempo real, con lo que podrían defenderse mejor de los ataques.
