México es proclive a sufrir terremotos por tener diversas zonas sísmicas a lo largo de su territorio; sin embargo, no existe la cultura de contratar seguros contra siniestros.
A pesar de los estragos que dejó el sismo del 19 de septiembre de 2017 esta tendencia no ha mejorado y la normativa es escasa al respecto.
En la Ciudad de México, la contratación de una póliza de seguro contra terremoto, inundación, explosión, incendio y con cobertura contra daños a terceros es obligatoria para los condominios; no obstante, no se establece una sanción clara por su inobservancia, porque depende de la Procuraduría Social de la Ciudad de México determinar el tipo de castigo a aplicar (arts. 9, fracc. VIII y 86 de la Ley de Propiedad en Condominio de Inmuebles para el Distrito Federal).
Entidades como Quintana Roo o Nuevo León, prevén que adquirir este tipo de seguros se sujeta a lo que establezca el reglamento interno de los condominios, mientras que en Puebla o el Estado de México lo ponen a decisión de su asamblea.
Por su parte, Guerrero y Oaxaca, dos de los estados más afectados por el desastre de hace dos años, no contemplan la contratación de estas pólizas ni siquiera como una opción.
Es importante que no solo se fomente una cultura de comprar un seguro contra siniestros, sino que a nivel federal se determine como una obligación para evitar más daños en un futuro.
