Las minutas del Banco de México (Banxico) correspondientes a la decisión de política monetaria del pasado 13 de febrero, cuando los miembros de la Junta de Gobierno votaron por reducir la tasa en un cuarto de punto a 7%, revelaron que existe preocupación entre sus integrantes por los riesgos a la baja en el crecimiento y el reciente repunte de la inflación.
La mayoría de los participantes de la Junta de Gobierno percibe que la expansión del Producto Interno Bruto (PIB) en 2020 conserva un sesgo a la baja en su horizonte de riesgos.
Algunos manifestaron su temor de que factores que antes se consideraban como posibles catalizadores del desempeño económico podrían ejercer un menor empuje, es el caso del T-MEC, ya que hay quien considera que el efecto positivo para la inversión es incierto debido al contexto de incertidumbre y a que la reconfiguración de las cadenas de valor llevará tiempo.
Por primera ocasión en las últimas cuatro reuniones, la decisión de bajar la tasa en 0.25 puntos porcentuales fue por unanimidad.
Dentro de la minuta hay comentarios que indican que el entorno es poco claro y que, por lo tanto, el instituto central debería evitar dar guías precisas sobre el futuro de las tasas de interés.
Estiman que la recuperación económica mundial se retrasaría por los eventos recientes, debido a la veloz propagación del coronavirus (Covid-19) en China.
Acerca de los precios, la mayoría estima que la expectativa de la inflación general, así como de la subyacente, serán moderadamente superiores a los pronósticos presentados en el último Informe Trimestral.
Respecto a los riesgos al alza para la inflación, la mayoría reconoció, entre otros, la posibilidad de que los aumentos salariales presionen a los precios, un posible ajuste cambiario, incrementos mayores a lo previsto en los precios agropecuarios y el riesgo de un deterioro en las finanzas públicas.
