El factoraje financiero se volvió una excelente oportunidad para las Pequeñas y Medianas empresas (Pymes) para fortalecerse y lograr sus metas financieras sin poner en riesgo su negocio; al segundo trimestre del 2022, el volumen de factoraje financiero alcanzó los 263 mil millones de pesos (mmdp).
De acuerdo con la Asociación de Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (Asofom) y la Asociación Colombiana de Factoring Electrónico (Asoface) el 46.6% de las empresas ha solicitado algún financiamiento / factoraje debido a la falta de acceso al financiamiento bancario.
“En México factoraje sin recurso es el más utilizado debido al área de oportunidad que existe en la parte de recuperación legal, hay todavía una opción más de ejercer el pago con el cliente”, señalaron.
Al respecto, destacó que en Colombia la oferta es importante, existen más jugadores que van por el mismo mercado y el open data y no hay proveedores de información que permitan visualizar el comportamiento fiscal como lo existe en México.
No obstante, en nuestro país, el reto es la regulación, aún no existe un registro de facturas que nos ayude a ver la trazabilidad de una factura hasta la fecha de pago, y eso toma mucha relevancia en el factoraje.
Los dos países, coinciden que los factores de éxito radican en la administración y/o operación, estar muy cerca de los clientes y entender su ciclo de capital de trabajo como los prioritarios.
Asimismo, la facturación electrónica ha mejorado la eficiencia y la transparencia de los procesos de facturación y cobro, ha facilitado la gestión de facturas y ha reducido los errores y las pérdidas de documentos. Además, ha facilitado el acceso a la información y mejorado la calidad de los datos de facturación, lo que ha permitido a las empresas de factoraje procesar las facturas de manera más rápida y efectiva, y mejorar el servicio a los clientes.