La publicidad ha encontrado un nuevo escenario: las redes sociales. Plataformas como Instagram, TikToko YouTubeya no solo son espacios para compartir experiencias, sino verdaderos escaparates donde miles de marcas promueven sus productos a través de creadores de contenido o influencers. Pero ¿qué implica esto desde el punto de vista legal y cómo se puede proteger a los consumidores?
Influencers: ¿Comunicación personal o mensaje comercial?
Cuando un influencer recibe pagos, productos, viajes o beneficios a cambio de promocionar un bien o servicio, su contenido deja de ser una simple opinión personal para convertirse en publicidad. Este principio es clave, porque activa obligaciones legales diseñadas para proteger al consumidor frente a información confusa o engañosa.
Aunque muchas publicaciones parecen espontáneas, la realidad es que son parte de campañas organizadas. Por ello, tanto la Ley Federal de Protección al Consumidor (LFPC) como otras normas sanitarias y comerciales aplican a quienes colaboran con marcas, incluso si no son proveedores directos del producto.
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¿Qué exige la ley?
La LFPC establece criterios específicos que todo contenido publicitario debe cumplir, sin importar el medio. En redes sociales esto implica:
informar en idioma español y de manera clara y visible
señalar precauciones, restricciones, vigencia de promociones y garantías, cuando aplique
evitar afirmaciones absolutas o exageraciones sin respaldo, y
etiquetar correctamente con hashtags como #Publicidad o #PatrocinadoPor, desde el inicio del contenido
Estas reglas se endurecen en ciertos productos como cosméticos, alimentos, suplementos, bebidas alcohólicas, productos de salud o servicios médicos. Atribuir propiedades terapéuticas a una crema o garantizar resultados en un tratamiento sin evidencia científica puede acarrear sanciones económicas o incluso el cierre de cuentas o negocios.
¿Y si no cumples?
La Procuraduría Federal de Protección al Consumidor (Profeco) tiene facultades para monitorear la publicidad engañosa y, en casos graves, suspender contenido, exigir correcciones o imponer multas que pueden superar los tres millones de pesos.
Además, los consumidores pueden presentar quejas de manera presencial, por internet o incluso desde el extranjero.
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Más allá del hashtag: Crea confianza desde la legalidad
Etiquetar correctamente las colaboraciones no solo es un requisito legal: es una oportunidad para fortalecer la confianza con la audiencia. Mostrar que eres transparente, que respaldas tus recomendaciones con información real y que respetas a quienes te siguen, te posiciona como un creador ético y profesional.
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