Una verdadera escalada de precios se dejó sentir en mayo, disparándose la inflación en 2.84% respecto al mismo mes del año anterior, elevando los precios de la canasta básica en lo que va del año en más de un 80%, afirmó la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC).
En un monitoreo de precios reveló que los productos que más variaron sus precios fueron arroz (26.67%), frijol (36.11%), lentejas (15%), avena (5.26%), azúcar (33.33%), naranja (78.57%), chile serrano (45.83%), los cárnicos (bistecs de res 16%), pechuga de pollo (9%) y las gasolinas (Regular 7%, Premium 6%).
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“Las familias mexicanas están enfrentando un alza generalizada de precios en los productos de mayor consumo de la canasta básica y, más grave aún, es la expectativa de desabasto de frutas y verduras, que están carísimas, de mala calidad y resultan prohibitivas para el consumo familiar, síntoma inequívoco de un desabasto por venir debido al factor estacional, de producción derivado de la pandemia, circunstancias que han fragilizado y sometido a gran presión a la cadena suministro”, comentó el presidente del organismo, Cuauhtémoc Rivera.
Por otro lado, señaló que la pérdida de empleos siguió en ascenso en el mes de mayo, perdiéndose 344,526 empleos formales, que sumados a los que se perdieron en marzo (130,593) y abril (555,247) dan más de un millón de empleos formales perdidos, lo que impacta en el ingreso de las familias y aunado a los precios prohibitivos de los productos, “resultando todo un lujo llevar a las mesas del hogar arroz, frijol, chile, tortillas y ni qué decir del atún”.
No estamos listos para la nueva normalidad
Con tantas señales encontradas de cómo debemos abordar la tan rimbombante llamada Nueva Normalidad, que está resultando más una “Nueva Anormalidad”, resulta razonable preguntarse: ¿Acaso nos quieren llevar al matadero?, denunció Anpec.
Subrayó que el en este momento de ascenso de los contagios la llamada a reactivarse, impone que el criterio económico está por encima de los de salud.
“Vamos a esta nueva normalidad sin protocolos claros ni definidos para el mundo laboral, movilidad, consumo, educación, socialización y esparcimiento; en cambio, se nos dice que con los dos meses y medio de cuarentena aprendimos a cuidarnos y que apliquemos nuestro criterio”
Sentenció que la reapertura en un contexto tan confuso, muy probablemente generará rebrotes con mayores pérdidas humanas y económicas.