Con el propósito de combatir la inflación, el Banco de México mantuvo su postura de una política monetaria restrictiva y adelantó que para un recorte de las tasas de interés será necesario que el fenómeno inflacionario decrezca por debajo de los objetivos del organismo.
Al respecto, Monex indicó que los pronósticos de inflación ya habían sido revisados a la baja en el comunicado correspondiente a la decisión de mayo, por lo que permanecieron sin cambios en 4.7% y 5.0% anual para el índice general y el subyacente.
Por el contrario, indicó y similar a la actualización de sus expectativas, el pronóstico del PIB mejoró sustancialmente desde 1.6% hasta 2.3%, reflejando el mayor empuje de los fundamentales domésticos.
Además aseguró que independientemente de lo que suceda con las tasas en Estados Unidos, Banxico no realizará movimientos hasta contar con evidencia de que la normalidad ha regresado a la dinámica de precios local.