Prospectivamente hay riesgos de importancia, particularmente en las finanzas públicas, y es necesario reconocerlos. El gasto público ha crecido sustancialmente y las reservas precautorias del presupuesto prácticamente se han agotado. Los ingresos del erario han crecido menos que en administraciones precedentes, indicó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
El organismo indicó que existen fuertes necesidades de inversión en infraestructura y capitalización de las empresas del Estado, así como cargas fuertes en gastos ineludibles como pensiones y servicio de la deuda pública.
¿Y en lo fiscal? El CEESP indicó que la posición tributaria se ve moderadamente bien cuando se compara con otros países, aunque el déficit público es sustancial. El programado para este año es históricamente el más alto.
Además la estimación oficial es que la deuda se habrá incrementado en 56% en este sexenio. Solventar su costo financiero será una carga importante para el erario.
¿Cuál es el riesgo principal?
Para el CEESP el reto está en la solidez de las finanzas públicas y el peligro de insostenibilidad. Ingresos frágiles, gasto inercial elevado, con fuertes necesidades y escaso margen de maniobra en el endeudamiento público.
En adelante la prioridad debe ser la reactivación sólida y sostenible de la economía con base en la inversión productiva -nacional y extranjera-. Esto es indispensable para que el empleo bien remunerado y las oportunidades para el emprendimiento crezcan de manera perdurable.
A pesar de los grandes retos que se avecinan hacia el cierre del sexenio, México tiene grandes oportunidades con el atractivo de su geolocalización y el acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá. Para aprovecharlas plenamente se requieren mejorías en diversas áreas como en las condiciones de seguridad, infraestructura pública, logística, trabajo calificado, tecnología, y una regulación eficiente y menos onerosa, entre otras.