Moody’s, pendiente de las metas fiscales del siguiente gobierno

El reciente cambio de perspectiva, de Negativa a Estable, se debió a que la deuda se pudo estabilizar

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 .  (Foto: Getty)

Elizabeth Albarrán / El Economista

La calificadora Moody’s estará al pendiente de la política fiscal que implementará el siguiente gobierno para evaluar si existiría un riesgo de reducir la calificación soberana del país, cuya perspectiva decidió cambiar de Negativa a Estable a principios de mes, refirió Mauro Leos, vicepresidente y oficial sénior de Crédito para Latinoamérica en la unidad de riesgo soberano de Moody’s.

“Lo que los números muestran es que algo cambió en la tendencia al alza de la deuda, pues ahora está estable. La pregunta importante para la siguiente administración es en qué medida los ajustes que se aplicaron en este sexenio son sostenibles y si pueden asegurar que de aquí en adelante se evite lo que pasó anteriormente (de incrementar la deuda)”, dijo en entrevista.

Afirmó que independientemente de quién gane el próximo 1 de julio, Moody’s se enfocará en la política y metas fiscales que se busquen establecer en los siguientes seis años, pues será un factor clave para el rumbo de la economía del país.

Recordó que el cambio en la perspectiva de la calificación que hicieron a México de Negativa a Estable se debió principalmente a que si bien no hay un crecimiento elevado de la economía, la deuda se pudo estabilizar.

“Vamos a entrar a una transición política, en la cual se va a llevar un replanteamiento de los objetivos fiscales (...) lo que queda ahorita es esperar el 1 de julio, el 1 de diciembre y el 2019 porque al final de cuentas lo relevante para nosotros es el desempeño económico, fiscal y cómo eso afecta a los indicadores que nosotros monitoreamos. Estamos en un periodo de espera”, refirió.

Consejo fiscal podría ayudar

Al preguntarle si considera que en México debería contar con un Consejo Fiscal para mejorar la estructura de sus finanzas públicas, respondió:

“En México existen reglas fiscales establecidas en la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria. En algún momento se habló de crear un Consejo Fiscal, pero se desechó”.

Afirmó que si bien no todos los países lo tienen, es un elemento que a lo mejor pudiera contribuir a mejorar la política fiscal, “lo más importante de arranque son los objetivos de una nueva administración en cuanto a cuál es la meta y la aspiración en el tema fiscal”.

Sentenció: “En esta administración el logro fue, y los números están ahí, estabilizar la deuda. Entonces hay que ver cuál es planteamiento de la siguiente administración”.

Economía no creció, pero deuda se redujo

El vicepresidente y oficial sénior de Crédito para Latinoamérica en la unidad de riesgo soberano de Moody’s comentó que, si bien la economía mexicana no ha crecido como se esperaba en este sexenio, se debe reconocer que se implementaron medidas para estabilizar el nivel de deuda que tenía el país.

Señaló que en los últimos cinco años, México y los demás países de la región incurrieron en un mayor endeudamiento ante el complicado panorama internacional de los bajos precios de los commodities, como el petróleo.

No obstante, añadió que México ha sido uno de los países que ha mostrado una tendencia de estabilizar y reducir su deuda como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB).

“En el caso de México, lo que se observa es que a pesar de crecimientos económicos bajos, se implementó un esfuerzo de consolidación fiscal que permitió que se estabilice la deuda y que se pudiera reducir”, sostuvo.

Destacó que son raros los casos de economías que de manera sostenida reportan cada año una reducción en las razones de deuda y México la redujo en el 2017 y se espera lo mismo para el cierre de este año.

De acuerdo con información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público —la medida más amplia de la deuda— en el 2016 alcanzó su mayor nivel representando 50.5% del PIB, pero en el 2017 se redujo y se espera que en el 2018 suceda lo mismo y logre ubicarse por debajo de 49% del PIB.

Con información de El Economista