Las finanzas públicas arrojaron resultados de estabilidad en lo general durante el primer cuatrimestre del 2022, y solo en abril los ingresos tributarios crecieron 14.2%, mientras el gasto total neto disminuyó 2.1%, y aumentó solo 0.2% en los cuatro meses, mientras la recaudación de ingresos tributarios fue superior en 4.5%, por una mayor recaudación del ISR, señaló el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
Las autoridades señalaron que las finanzas “se mantienen sólidas” con “resultados positivos para los ingresos tributarios, el ejercicio del gasto y el saldo de deuda pública”, con una evolución de la deuda del sector público positiva, no obstante, especialistas recordaron que en los últimos 12 meses, el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector público (RFSP) aumentó $800 mil millones, equivalente a 2.9 puntos porcentuales del PIB.
Asimismo, el IENGI expuso que en abril, la población ocupada ascendió a 57.7 millones de personas, y la población desocupada disminuyó 900 mil personas, y aunque la población subocupada se redujo 2.3 millones, aún es 100 mil personas mayor que su nivel prepandemia, al tiempo que la población ocupada en condiciones críticas aumentó en 3.2 millones de personas.
El INEGI señaló que en mayo, a excepción del indicador de confianza empresarial del sector manufacturero, el resto de indicadores retornaron a comportamientos negativos; y por todo lo anterior, el CCE indicó que la evolución de los componentes de las finanzas públicas genera preocupación, ya que la recaudación de IVA y IESPS se contrajo anualmente 3.8% y 45.8% respectivamente.
Y es que si bien, de los 29 ramos administrativos que integran el gasto programable del sector público, 13 registraron incrementos, pero sobresale Bienestar, que reportó un incremento anual de 44.8% y turismo con un 207%, no obstante, el gasto en salud se contrajo 16.2%, en educación 23.6% y en Seguridad Pública y Protección Ciudadana 0.9%.
Finalmente, el CCE dijo que “se continúa privilegiando el gasto hacia objetivos políticos”, en lugar de “dedicar más recursos a necesidades de sectores claves para el bienestar social”, como la educación, la salud, la seguridad pública o la reactivación de la inversión.
