No hay ni nuevos impuestos ni mayores tasas impositivas, los ingresos públicos bajan como proporción del PIB y el gasto sube -en los programas favoritos del gobierno-, el déficit público es elevado y se prevé un importante aumento de la deuda pública, de acuerdo con el CEESP, el gobierno sigue encaminado al deterioro fiscal.
“No hay sorpresas, todo esto ha sucedido durante prácticamente toda la administración. El deterioro fiscal planeado para el 2024 es más importante y refleja clara dirección política hacia el periodo electoral”, destacó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
Además, advirtió que el presupuesto propuesto por el ejecutivo no cumple adecuadamente con el propósito de asegurar la estabilidad económica durante la transición política del año próximo, frente a la existencia de riesgos significativos.
Detalló que en el marco macroeconómico 2024 predomina el optimismo en el que se basan los cálculos de los ingresos públicos de la LIF. Se pronostica un crecimiento de la economía de entre 2.5% y 3.5%, significativamente por arriba del rango previsto en los Precriterios 2024 (1.6% - 3.0%) en abril pasado y de las estimaciones de los especialistas que rondan el 1.7%.
Se prevé que los ingresos públicos para el año próximo (7.3 billones de pesos) representen el 21.3% del PIB, un punto porcentual por debajo de lo aprobado para 2023, cuatro décimas de punto inferior a la cifra estimada, la proporción más baja en lo que va del sexenio y el segundo menor desde 2012.
Al respecto, explicó que la evolución de los ingresos responde, principalmente, a la disminución de los ingresos petroleros (-11.3% respecto a lo estimado para 2023). Se proyecta que la recaudación del ISR aumente 3%, la de IVA 2.6% y la del IEPS 32.0%. Estos aumentos podrían no cumplirse si la expectativa oficial de crecimiento no se cumple.
Al tiempo, señaló que la suma de los programas y proyectos prioritarios que se listan en los Criterios asciende a 964 mil millones de pesos, pero solo dos de ellos, pensión para adultos mayores y Tren Maya, suman 585 mmp, el 61% de este gasto y el 6.5% del total del presupuesto.
El riesgo de sostenibilidad podría materializarse en el caso de que los ingresos no resulten suficientes y haya la necesidad de algunos gastos de importancia en cuanto a los servicios públicos del Estado.
En días recientes, destacó, con estos datos del déficit del presupuesto en 2024, muchos han dicho que el gobierno rompe con su política de disciplina fiscal o de ausencia de endeudamiento. Pero eso no es exacto.
“El sector público ha generado déficit en toda esta administración, su gasto habrá crecido en casi 20% real y su deuda no ha dejado de crecer. Aun cuando según el programa la relación deuda pública/PIB habrá aumentado en 5.6 puntos porcentuales del PIB en esta administración y se mantendrá por debajo de 50%, ese indicador oculta la magnitud del endeudamiento debido a la importancia de la inflación y de la apreciación cambiaria”, subrayó en un comunicado.
Salud y educación, los más afectados del presupuesto
El PEF propone un gasto de la Secretaría de Salud 55.8% menor, respecto a lo aprobado para 2023. No obstante, buena parte de este se transfiere al esquema IMSS-Bienestar, alrededor de 128 mmp. Sumando ambos, el gasto comparable con el de la secretaría de este año, aumentaría 2.7% en el 2024.
Asimismo, el gasto en Educación y Seguridad y Protección Ciudadana aumenta solo 1.0%. Muy preocupante es también que, aún con los proyectos insignia del Gobierno -Dos Bocas, Tren Maya y Transístmico-, se prevé que la inversión física descienda 23.0%.
El gasto por pensiones y servicio de la deuda externa aumentan de manera importante en el presupuesto de 2024 respecto al 2023.
La combinación de todos los gastos y los ingresos del sector público resulta en un déficit público (medido como los Requerimientos Financieros del Sector Público, RFSP), que llega a su nivel más alto desde que se calcula de esta forma. El déficit calculado tradicionalmente será el más alto desde fines de los años 80, según el programa oficial. Asciende a 1.9 billones de pesos y equivale al 5.4% del PIB. En términos nominales absolutos es 1.5 veces mayor al déficit reportado en 2022, pero 3.6 veces superior al de 2018.
