En su toma de protesta como presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador prometió entre otras cosas, no elevar el nivel de deuda del país, que en 2018 rebasaba los 10 billones de pesos, no obstante, el paquete económico para su último año de gestión muestra otros datos.
Un análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) detalló que en 2024, derivado del gasto programado de 9.07 billones de pesos, el Gobierno Federal incurriría en un endeudamiento de 1.74 billones de pesos, el monto más alto desde el 2000.
“Esto implica que el escenario de 2024, derivado de la postergación de una reforma fiscal, plantearía un incremento real de 41% de los ingresos derivados de financiamiento -deuda-”, destacó.
Al respecto, advirtió que incrementar los niveles de endeudamiento al tiempo de una caída en la recaudación de los ingresos petroleros pondría en riesgo los ahorros de la Federación y la capacidad de hacer frente a la disminución de los ingresos presupuestarios.
En ese sentido, evidenció que a lo largo de este sexenio, se ha utilizado el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP) para aliviar la presión a las finanzas públicas de la Federación, al pasar de un saldo de 279,770 millones de pesos corrientes en 2018 a uno de 38,337 millones de pesos al segundo trimestre de 2023.
Añadió que el Paquete Fiscal 2024 no contempla la creación de nuevos impuestos, ni una reforma que permita incrementar la recaudación ordinaria. Para enfrentar la alta dependencia del endeudamiento -1.74 billones de pesos- se requiere la generación de nuevos ingresos, una revisión de programas gubernamentales y la generación de ahorros.
“La aprobación y discusión de la Iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación 2024 será crucial para abordar estos desafíos y garantizar un equilibrio adecuado en las finanzas públicas del país”, destacó.
