La salida del Reino Unido de la Unión Europea generó gran polémica geopolítica y económica europea y mundial, pese a que la mayoría de los analistas económicos del mundo no prevén una debacle o un crack en los mercados financieros y cambiarios en lo inmediato; no obstante, las implicaciones en el corto, el mediano y el largo plazos oscilan en la incertidumbre internacional.
Por ello, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan pablo Castañón, presentó un informe sobre “el perfil internacional de México: riesgos y oportunidades” con el que sostuvo que las exportaciones de México a Europa no sobrepasan el 6% del total, y para Reino Unido (menos de 1%); sin embargo, “no somos inmunes a los efectos potenciales de un evento de esta naturaleza”.
Respecto al peso, lo consideró vulnerable al ser usado para posiciones de cobertura y se puede presionar a la baja de manera intermitente; a pesar de que “tenemos solidez en los fundamentos macroeconómicos, que nos ayudarán a enfrentar la turbulencia”.
En materia fiscal, se logró cubrir al 100% el financiamiento externo de este año, tal como lo señaló la SHCP; lo que implicó un recorte adicional por 31,500 millones de pesos (mdp), en su mayor parte de gasto corriente, mismo que consideró “oportuno y sensato” y se reiteró el compromiso de regresar a un superávit primario, lo cual es fundamental para las fianzas nacionales.
Además, el Banco de México tiene como objetivo un nivel de inflación al 3% anual y la utilización de los recursos e instrumentos para acotar la volatilidad. Sin embargo, se deben asegurar los fundamentos de la estabilidad macroeconómica.
Otros factores de incertidumbre global es un probable incremento del costo del crédito en el corto plazo por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) y las campañas electorales para la Presidencia estadounidense.
De igual forma pueden incidir directamente en el avance del Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica, el TPP, factores de migración, seguridad y la integración económica en el marco del TLCAN.
Razón por lo cual se debe impulsar la competitividad Mexicano-Estadounidense, como un bloque exportador y de integración productiva.