El Estado puede anticiparse para mantener la gobernabilidad y sobre todo, que haya estrategias que beneficien a los que menos tienen como son los trabajadores del campo y la ciudad
El avance tecnológico que se da en el mundo afectará seriamente las relaciones obrero-patronales en muchos aspectos, advirtió el especialista principal de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para Actividades con los Trabajadores, Óscar Valverde.
Detalló que seguramente habrá una división social del trabajo y donde las organizaciones sindicales deberán estar muy pendientes para proteger a la planta laboral de despidos o, en su caso, la reducción de conquistas salariales y sociales.
Afirmó que en la actualidad, la revolución digital ya tocó prácticamente todas las áreas de la vida y representa un nuevo desafío para el presente y los trabajadores.
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Esta nueva comunidad digital, en la cual nos encontramos inmersos desde hace varios años podría generar consecuencias, como una profundización de la desigualdad social, que se redujera esta pobreza o que se mantengan estos niveles de precarización, apuntó.
Sin embargo, aclaró que el Estado puede anticiparse para mantener la gobernabilidad y sobre todo, que haya estrategias que beneficien a los que menos tienen como son los trabajadores del campo y la ciudad.
Por ello, consideró fundamental que las políticas públicas que se vayan a instrumentar estén encaminadas a la reducción de la pobreza y la marginación, pero también para que los programas sociales, económicos, educativos y tecnológicos, así como de salud, se democraticen y lleguen a un mayor número de personas.
Asimismo, a partir de la digitalización del mundo laboral será necesario que el sistema educativo y las universidades elaboren nuevos programas de estudio para formar a nuevos profesionales en las áreas de las tecnologías de la información y las comunicaciones para satisfacer al aparato productivo que se moderniza cada día, señaló Óscar Valverde.
En esta tarea, prosiguió, será fundamental la participación de la sociedad en la elaboración de estas propuestas.
Expuso que la digitalización debe traer beneficios a la sociedad y principalmente a los sectores menos favorecidos económicamente si son parte de una mayor y más completa inversión económica y social dirigida a reducir las desigualdades económicas, sociales y culturales, anotó.
Advirtió que de no ser así, muchos trabajadores serán despedidos y su único camino para poder sobrevivir será la economía informal. “Ese es el riesgo que trae consigo mismo la era de la digitalización que es la precarización del mundo laboral”, subrayó.
Ello hace evidente y necesaria la búsqueda de la inclusión digital de millones de trabajadores que hoy no tienen acceso a este progreso, lo que representa una desventaja importante para el desarrollo de la enseñanza, pues no basta el esquema de educación tradicional, sino que se debe migrar a un modelo de educación digita, expresó.
“La industria moderna demanda trabajadores con nuevos perfiles, por lo cual, las instituciones de educación superior deben empezar a elaborar planes de estudio para satisfacer esta demanda de mano de obra altamente calificada”, planteó.
