Aunque su letalidad es menor, la variante Ómicron ha representado un reto para el país y fuerza de trabajo, pues desde principios de diciembre, cuando se presentó el primer caso, la cepa del COVID-19 se ha expandido con gran rapidez en México, lo que a su vez, ha provocado que muchas personas, especialmente trabajadores, hayan tenido que detener sus actividades laborales.
De acuerdo con las autoridades de salud, a principios de este semana de enero ya se habían contabilizado 306 mil 389 casos activos, lo que quiere decir que ese número de personas presentaron síntomas de la enfermedad en los últimos 14 días o al realizarse una prueba para detectar la variante dieron positivo.
Es por esa razón, y tras el acelerado número de contagios que se ha visto en el último mes, que los centros de contrabajo comenzaron a reconsiderar y cambiar sus planes de modalidad de trabajo bajo la cual querían estar los colaboradores, priorizando la salud, antes que el regreso a las oficinas.
De hecho, la encuesta semanal “Termómetro Laboral” de OCCMundial -bolsa de trabajo en línea-, reveló que el 45% de las personas encuestadas entre el 7 y 13 de enero dijo que regresó al trabajo a distancia para cuidar su salud y evitar exponerse al virus, en contraste con el 29% que mencionó, labora bajo el esquema híbrido, mientras que solo un 23% lo hace de manera presencial.
Asimismo, la muestra expuso que el 78% de los encuestados aseguró que ya se contagió de COVID-19 o tiene parientes, amigos o conocidos que lo hicieron en las últimas semanas, en tanto, el 22% indicó que no ha tenido contacto cercano con el virus.
Por otro lado, la encuesta también mostró que en la última semana hubo un incremento de 10 puntos porcentuales de las personas que temen contagiarse de Ómicron en su lugar de trabajo, pasando de 30% a 40% al 13 de enero.
