Las desventajas laborales que enfrentan las mujeres en México y los bajos salarios que perciben son factores que influirán en su vejez, al no poder contar con una pensión suficiente al momento de retirarse.
De acuerdo con el análisis “La equidad de género en pensiones: desafíos y posibles soluciones”, elaborado por la Consar, el nuevo sistema de pensiones enfrenta importantes retos, tales como la baja cobertura, el bajo nivel de ahorro y las bajas densidades de cotización. Lo anterior es más evidente en el caso de las mujeres debido a las inequidades de género existentes en el mercado de trabajo.
Informalidad y mal salario
Si bien en los últimos años las mujeres se incorporaron con mayor fuerza al mercado laboral, cerca del 60% ocupa puestos en el sector informal, guarismo superior al que registran los hombres (entre 55% y 59%).
Además la proporción de féminas concentradas en niveles salariales bajos -hasta 3 salarios mínimos- es mayor que la de los hombres. Asimismo, el porcentaje de trabajadores del género masculino que percibe más de 5 salarios mínimos es mayor, según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI.
En ese sentido, si se analizan las trayectorias salariales de los trabajadores y cuentahabientes cotizantes al IMSS, los salarios de hombres y mujeres tienen un comportamiento creciente y similar desde el inicio de la carrera laboral y hasta cerca de los 29 años de edad. Sin embargo, a partir de ese momento comienzan a separarse y la brecha alcanza un máximo a los 47 años, cuando el salario de los hombres es 24% mayor que el de las mujeres.
“Por lo anterior, se desprende que las carreras salariales de las mujeres son, por lo general, más precarias que las de los hombres. Ello incidirá negativamente en el monto que logren acumular al retiro, que es el principal determinante de sus ingresos en la vejez”, precisó el documento de la Consar.
Aportaciones menores
Las mujeres perciben en promedio salarios menores que los hombres durante toda su carrera laboral. Por lo tanto, las aportaciones, que son un porcentaje directo del salario, son menores que las del género masculino.
No obstante, la Consar detalló que debido a los ingresos inferiores que perciben las mujeres, las hace acreedoras a una mayor cuota social que mitiga en parte la diferencia salarial. Lamentablemente, las aportaciones gubernamentales por ese concepto no son suficientes para compensar las limitadas aportaciones obligatorias, derivadas de sus bajas remuneraciones.
Por lo tanto, las aportaciones periódicas que realizan las mujeres a su cuenta individual son menores que las efectuadas por los hombres.
