Al menos el 45.6% del total de la población mexicana que trabaja de manera remunerada y subordinada carece de seguridad social y una gran proporción de esas personas perciben bajos salarios.
Se tratan de 15 millones de empleados impedidos a acceder, junto con sus familias, a una buena calidad de vida y además, son colocados en los sectores de la población que llegarán a la tercera edad sin protección social ni ahorros para su subsistencia, según un análisis del Instituto Belisario Domínguez.
De esta cifra, se estima que 2.2 millones de personas se dedican al trabajo remunerado en hogares de terceros, de los cuales en 2014, el 62.8% se encontraba en situación de pobreza por ingreso.
Asimismo, durante los últimos trimestres de 2005 y 2014 existió un incremento del 0.3% de trabajadores del hogar remunerados sin seguridad social, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática, (Inegi).
Durante los mismos periodos, se registró una disminución tan solo del 0.2% de empleados sin contrato escrito.
Esto implica que se mantiene invariable la casi inexistencia de contratos escritos y de seguridad social, además que el ingreso promedio mensual decreció en términos reales, desde 2005 en 13.19%.
De igual forma, los trabajadores del hogar reciben los más bajos salarios en el país: en 2014 un 32.6% percibía hasta un salario mínimo y un 38.6% hasta 2. Entre 2015 y 2013 disminuyó la -de por sí- baja proporción de quienes obtenían más de tres salarios mínimos al mes.
Además se registró que un 16% de trabajadoras de planta tenían jornadas de más de 12 horas diarias y el 70% descansaba un día a la semana; por otra parte el 4% no contaba con ningún día de descanso.
Según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), el 91.4% de quienes ejercen esta profesión son mujeres y solamente el 8.6% son hombres.
