China advirtió que el "chantaje" no funcionaría y que tomaría represalias si Estados Unidos adopta medidas adicionales para restringir el comercio, mientras el Gobierno de Donald Trump estudia aplicar aranceles de 25% sobre importaciones chinas por valor de 200 mil millones de dólares (mmdd).
La propuesta elevaría la tasa arancelaria potencial por encima del 10% que se planteó inicialmente el 10 de julio, en un intento por presionar a Beijing a hacer concesiones comerciales, detalló una fuente familiarizada con el plan.
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Los aranceles irían dirigidos a miles de importaciones chinas, como alimentos, productos químicos, acero y aluminio, y productos de consumo que van desde comida para perros, muebles y alfombras hasta neumáticos para automóviles, bicicletas y guantes de beisbol y productos de belleza.
Si bien los aranceles no se impondrían hasta después de un período de consultas públicas, elevar el nivel propuesto al 25% intensificaría el ya enconado conflicto comercial entre las dos mayores economías del mundo.
En consecuencia, China, que acusó a Estados Unidos de intimidación, prometió una vez más tomar represalias si Trump procede con las medidas, advirtiendo que las tácticas de presión fracasarían.
"La presión y el chantaje de Estados Unidos no tendrán efecto. Si toma medidas adicionales, China responderá inevitablemente y protegeremos con determinación nuestros derechos legítimos", comentó en una rueda de prensa el portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Geng Shuang.
Los inversores temen que una escalada de la guerra comercial entre Washington y Beijing pueda afectar el crecimiento mundial; incluso destacados grupos empresariales estadounidenses, aunque cansados de lo que consideran prácticas comerciales de China, consideraron los agresivos aranceles de Trump.