Es facultad del ejecutivo federal crear aumentar, disminuir o suprimir aranceles, mediante decretos publicados en el DOF, según el artículo 131 constitucional, y de la Secretaría de Economía (SE) estudiar, proyectar y proponerle a aquel las modificaciones arancelarias. Pero qué hay de los aranceles qué son y, para qué se imponen.
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En términos generales, el arancel es el impuesto que se aplica a las mercancías que ingresan al país o se extraen del mismo; esto es, el impuesto general de importación (IGI) y el impuesto general de exportación (IGE), respectivamente, cuyas cuotas –según la fracción arancelaria en la que se clasifique la mercancía de que se trate– están definidas en la Tarifa de la Ley de los Impuestos Generales de Importación y Exportación (TIGIE) vigente.
Los aranceles pueden ser:
- ad-valorem, expresados en términos porcentuales del valor en aduana de las mercancías; por ejemplo, 45 % de IGI para la leche en polvo o en pastillas
- específicos, expresados en términos monetarios por unidad de medida, es el caso de 2 Dls EUA por pza, de IGI para neumáticos usados de los tipos utilizados en vehículos para el transporte en carretera de pasajeros o mercancía, incluyendo tractores, o en vehículos de la partida 87.05, o
- mixtos, combinación de los anteriores, tal es el arancel ad-valorem de 10 % +0.36 Dls por kg de azúcar de arancel específico, aplicable al alcohol etílico y aguardiente desnaturalizados, de cualquier graduación
En cuanto al propósito del arancel, este va desde la protección de los bienes domésticos y la economía del país, hasta el tema recaudatorio. Esto último, prácticamente en la importación –aun cuando los ingresos por este concepto se ven disminuidos por los tratados de libre comercio y acuerdos comerciales de los que es parte nuestro país–, toda vez que en la exportación, el IGE es casi nulo.
Lo anterior está fundamentado en los artículos 4, fracción I, 5, fracción I y 12 de la Ley de Comercio Exterior.
