Campaña: ¿A dónde van las heces?

La ONU informó sobre la problemática existente respecto a la salud y la higiene por la falta de saneamiento

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 .  (Foto: iStock)

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebró el 19 de noviembre el Día Mundial del Retrete, ya que cerca de 4,500 millones de personas, es decir, el 60 % de la población mundial no tiene acceso a inodoros que eliminen los residuos eficiente y sosteniblemente. Se tiene un estimado de que 892 millones de individuos todavía defecan al aire libre.

El organismo refirió que el 80 % de las aguas residuales generadas por la población mundial regresan al medio ambiente sin ser tratadas, dato significativo porque al menos el 10 % de personas de todo el orbe consume alimentos regados con aguas residuales.

De acuerdo con datos de la Organización Mundial de Salud (OMS) y el Fondo Mundial para la Infancia (Unicef), la mejora de los sistemas de saneamiento, junto con el agua potable y la buena higiene, podrían prevenir alrededor de 842,000 muertes por año.

La celebración del Día Mundial del Retrete giró en torno a la gestión de desechos humanos, un tema que entra en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. En particular, el objetivo del desarrollo sostenible número seis pretende garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y acceso universal al saneamiento.

La ONU identificó y promovió cuatro etapas necesarias para gestionar los residuos y alcanzar el objetivo:

  • depositar los excrementos en un inodoro higiénico y almacenarlos en un pozo o tanque sellado, separado del contacto humano
  • transportarlos a una planta de tratamiento
  • procesarlos en aguas residuales tratadas y asegurarse de devolverlos de forma segura al medio ambiente, y
  • eliminarlos o reutilizarlos para la generación de energía o como fertilizante

El organismo ha incentivado la campaña ¿A dónde van las heces?, cuyo fin es concientizar sobre la importancia de ese proceso de saneamiento, y emplear las redes sociales para difundir el mensaje.

El saneamiento es una prioridad del desarrollo mundial. Para 2030 se trata de mejorar la calidad del agua limitando la contaminación; reduciendo al mínimo posible la descarga de materiales y productos químicos que impliquen un peligro; aumentando el reciclado y reutilización en condiciones de seguridad eficaces. La ONU busca ampliar la cooperación internacional y el apoyo a países en desarrollo para crear actividades y programas relativos a la conservación del agua y el saneamiento, entre ellos el almacenamiento, desalinización y aprovechamiento de recursos hídricos, el tratamiento de aguas residuales e implementación de tecnologías de reciclaje y reutilización.

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