¿Paz entre Rusia y Telegram?

Se llegó a un acuerdo, pero se desconocen los detalles del mismo

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 .  (Foto: iStock)

Casi dos años después de que las autoridades rusas ordenaran oficialmente el bloqueo a Telegram, tras la negativa de la plataforma de conceder acceso a los servicios de seguridad estatales (FSB), se anunció el fin de este.

Roskomnadzor, organismo regulador estatal detalló que habían evaluado positivamente la disposición expresada por el fundador de Telegram para combatir el extremismo y el terrorismo.

Resulta ambigua la expresión sobre la “disposición expresada por el fundador”, ya que Pavel Durov afirmó que no se doblegaría ni participaría en la censura política de Rusia, hasta el momento el fundador no se ha expresado al respecto.

El bloqueo alcanzó poco más de 15 millones de direcciones IP, pero no fue realmente efectivo, pues el servicio siguió siendo disponible para la mayoría de los residentes en Rusia.

Durov sostuvo que prefería dejar de existir que violar su promesa de privacidad a los usuarios. El fin del bloqueo puede ser un cambio de estrategia ante la poca efectividad del bloqueo, aunque se desconoce si la postura del fundador ha cambiado y ha decidido colaborar con las autoridades.

La plataforma se negó a entregar las claves de cifrado del servicio a la FSB y eso derivó en el bloqueo, porque la agencia de inteligencia deseaba indagar en las conversaciones de dos sospechosos de un atentado en el metro de San Petersburgo en 2017.

Ante la falta de cooperación, la plataforma fue demandada y tuvo que pagar una multa, pese a ello la negativa continuó y fue cuando se impuso el bloqueo. El dar acceso permitiría que los servicios de inteligencia investigar no solamente a los sospechosos, sino a todos los usuarios. Por ello, Telegram se negó, porque ellos siempre han hecho gala de su respeto a la privacidad.