Aprende por qué es complejo detectar este tipo de fraude y cómo se origina desde el proceso de reclutamiento y selección
Casi el 50% de las empresas en América Latina están expuestas a sufrir fraude interno, un problema en aumento que, de acuerdo con información de KPMG, se origina dentro de la propia estructura organizacional. Mediante un comunicado, Círculo Laboral analiza los peligros de este tipo de fraude.
Mientras las compañías se blindan contra riesgos externos, quedan expuestas ante sus propios colaboradores. Ya sea por falta de controles, por procesos de contratación obsoletos o por la falsa creencia de que a ellos no les va a pasar, el fraude interno ha ganado terreno.
Cristian Fraga Lagos, Directora de Círculo Laboral, explica: “Cuando hablamos de fraude, solemos imaginar a hackers, estafadores o competencia desleal. Pero el fraude interno es un fenómeno mucho más cotidiano, sucede dentro de la empresa, con personas que conocen los sistemas, dominan los procesos y saben dónde están las vulnerabilidades. Por eso, resulta más difícil de detectar y, es sumamente costoso si no se identifica a tiempo”.
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¿Qué tan común es en México?
El fraude interno es muy común. De acuerdo con el boletín, en México, la Asociación de Examinadores de Fraude Certificados (ACFE, por sus siglas en inglés) estima que las empresas pierden el 5% de sus ingresos anuales por fraudes cometidos por empleados. El problema no es nuevo, pero sí ha cambiado de forma: con la digitalización de procesos, hoy es más fácil alterar datos, robar información o encubrir operaciones irregulares sin ser detectado durante meses.
Además, en nuestro país, 7 de cada 10 empresas han sido víctimas de fraude interno, según datos de KPMG. En muchos casos, el origen está en decisiones poco informadas durante el proceso de selección.
Esto es más frecuente de lo que, en ocasiones, las empresas pueden manejar. De acuerdo con la Encuesta Global de Crimen y Fraude Económico 2022 de PwC, el 51% de las empresas consultadas afirman haber experimentado fraude en los últimos dos años. El problema sucede porque no se ataca de raíz: falta prevención, análisis y monitoreo constante.
Esto sucede porque las amenazas se diversifican y muchas empresas siguen operando con los mismos filtros de siempre. Los procesos de contratación no se han actualizado al ritmo del cambio tecnológico ni del riesgo. Algunas, incluso, continúan priorizando la rapidez de la evaluación, y otras simplemente asumen que el costo de investigar a fondo no vale la pena.
El panorama se complica aún más en un país donde la suplantación de identidad va en aumento. Solo en 2023, la Condusef reportó más de 6,000 casos de robo de identidad en procesos de crédito. “Contratar a ciegas ya no es una opción”.
En palabras de Fraga Lagos, “la tecnología avanza todos los días, y con ella también evolucionan los riesgos. Hoy más que nunca las empresas necesitan una inteligencia laboral que les permita prevenir antes de lamentar”.
Además de las pérdidas económicas, que pueden ir desde cifras menores hasta millones de pesos, “el daño a la reputación es irreparable”. También puede implicar demandas legales, ruptura de relaciones comerciales o pérdida de confianza.
Importancia de detectar el riesgo antes de que ocurra
La inteligencia laboral es una herramienta clave en la gestión de talento, al ofrecer una capa adicional de análisis basada en datos estructurados sobre el comportamiento de los trabajadores. De acuerdo con Cristian Fraga, este enfoque permite a las empresas contar con más elementos objetivos al tomar decisiones de contratación o promoción.