México debe impulsar una reforma fiscal que baje el ISR empresarial, generalice el IVA y exente una canasta básica de productos, con independencia de los cambios fiscales en Estados Unidos o los tiempos electorales en el país, recomendaron ejecutivos del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), finanzas.
La presidenta nacional del organismo, Adriana Berrocal González, dijo que si bien se desconoce el efecto neto que tendría la anunciada reforma fiscal de Estados Unidos, México necesita una reforma fiscal integral.
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Apuntó que estos cambios en el sistema impositivo del país deben estar encaminados a incrementar la base de contribuyentes, fomentar la inversión y proporcionar una mayor seguridad jurídica.
Afirmó que México tiene margen para disminuir la tasa de ISR a las empresas, del 30% actual, a una tasa de 21% -nivel al que plantea reducir el impuesto corporativo en Estados Unidos desde una tasa de 35 %-.
“Si bajáramos la tasa del 30% al 21%, que es lo que se estima en Estados Unidos que podría bajar el ISR, estamos hablando que el impulso a la economía en el corto plazo sería de solamente 0.3 puntos del PIB, en cambio, lo que se deja de recaudar seria alrededor de 1.1 puntos porcentuales del PIB”, añadió el presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF, Gabriel Casillas Olvera.
Respecto a la propuesta de los ejecutivos de finanzas de generalizar el IVA, plantearon una 15%, en vez del 16%, y establecer una canasta básica de productos exenta de impuestos para los sectores más vulnerables. Berrocal González detalló que dicha canasta servirá para “paliar” el efecto de generalizar el IVA.
“El argumento más significativo a favor de tener una base de IVA generalizado es que además que ampliaríamos la base de contribuyentes, finalmente acaba pagando más quien más consume, que es un argumento que se planteó cuando se liberalizó el precio de los energéticos, entonces estamos convencidos de que es un argumento razonable”, añadió.
En ese sentido, Casillas Olvera destacó que al generalizar el IVA también se elimina la posibilidad de agujeros fiscales existentes, con una tasa de 16% se obtendría una recaudación de 1.33% del PIB, incluso si se bajara a 15%, se compensaría la menor recaudación por la reducción del ISR empresarial.
