A nivel nacional se avecinan diversos cambios, los cuales forzosamente trastocarán el ámbito de las relaciones de trabajo; por tanto, es indispensable que los patrones y sus trabajadores no únicamente fijen o fortalezcan una comunicación sino que fomenten y participen en el diálogo social.
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Esto es así, porque ese último es necesario para fortalecer el trabajo decente que permita generar un desarrollo sostenible e incluyente. Aunque este concepto tiene una fuerte connotación política, porque estamos familiarizados con observar al aparato estatal intentar dialogar con los sectores patronal y obrero, también se puede llevar al plano vínculos laborales.
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el tema: El diálogo social como motor e instrumento de gobernanza del desarrollo sostenible, esta interacción incluye todo tipo de negociación, consulta o simple intercambio de informaciones entre representantes de gobiernos, empleadores y trabajadores sobre cuestiones de interés común relacionadas con la política económica y social.
Se contemplan como rasgos del diálogo social, que:
- es ejecutable a nivel nacional, regional, sectorial o empresarial
- genera convenios colectivos y pactos sociales, y
- facilita el establecimiento de políticas en áreas específicas (por ejemplo el desarrollo de recursos humanos y las políticas de empleo)
En el ámbito de las relaciones de trabajo es aplicable porque en la actualidad se requiere crear una cultura corporativa que fomente este tipo de convivencia para entender la futura política laboral, además de que para generar una cultura de diálogo social es importante, sostener una comunicación respecto de los cambios que pueden presentarse en el futuro para que les ayude a:
- mejorar y allanar la toma de decisiones
- alcanzar las metas proyectadas
- establecer dinámicas de consulta o de difusión de información, y
- fijar las bases de la negociación colectiva y ayuda a su desarrollo